martes, abril 18, 2017

REFLEXIONES…

Enviado por Luis Espinoza Olivares 14 abril 2017
“EVANGELIO 2017 CON EL PAPA FRANCISCO” – CICLO A – EDICIÓN LATINOAMERICANA

Jueves Santo de la Cena del Señor: “Cristo Jesús, en las trágicas horas que preceden a tu pasión y muerte nos sorprendes con los mayores regalos: gracias por tu amor hasta el extremo y por el mandamiento nuevo del amor fraterno, como tú nos amas; gracias por el sacramento de la Eucaristía, que te hace realmente presente, vivo y vivificante en mi vida; gracias por el sacramento del sacerdocio ministerial, al que llamas a quien tú eliges. ¡Santifícalos en la verdad, mantenlos en la fidelidad!”

Viernes Santo de la Pasión del Señor: “Cristo Jesús, el relato de la Pasión me conmovería hasta lo más hondo de mi corazón sino lo supiera casi de memoria. Verte con la cruz a cuestas y crucificado es tan habitual que apenas me sorprende lo que hoy celebramos. ¡Todo un Dios que se hace hombre, se entrega libremente a muerte en cruz, por el delito de pasar por este mundo haciendo el bien al hombre que lo asesina! Y desde la Cruz pides al Padre que me perdone, porque no sé lo que hago cuando peco, y me das a tu Madre para que me enseñe a seguirte con mi cruz. ¡Adoro tu Cruz y acepto la mía, detrás de ti!”

Sábado Santo de la Sepultura de Jesús: “Cristo Jesús, en este día de espera y de esperanza, quiero estar muy cerca de tu Madre y mía, María, que sigue en pie, con el dolor, la fe y la esperanza inconmovibles. A pesar de haber visto a un Dios que ha muerto, al primer y principal apóstol que ha negado al Maestro, al último apóstol que lo ha vendido, María cree y espera. Con Juan, me uno a ella, que hoy representa a la Iglesia que nació de tu costado abierto”.

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor: “Jesucristo Resucitado. ¡Aleluya, aleluya, aleluya! Has resucitado como habías dicho. Y, con tu Resurrección, abres ante mí la vida nueva de los hijos de Dios. Has triunfado, Maestro. Y quieres asociar a tu triunfo a quienes te confesamos como Dios y como Señor. Que no se quede en palabras de gloria, sino que se convierta en vida nueva del que muere al pecado. ¡Enhorabuena, aleluya! Con tu Resurrección, abres ante mí la vida nueva de la Pascua: si hemos muerto contigo, busquemos los bienes de arriba, no los de la tierra. Yo quiero morir al pecado y vivir desde hoy esa vida nueva: que, libre de las ataduras de muerte, viva en la esperanza de mi resurrección futura”.
Que estos días de profunda reflexión cristiana en torno a la entrega de Cristo y su Resurrección, nos hayan servido para para mirar la vida con la pureza de los ojos de los niños; para ser cada día más comprensivos, más tolerantes, más justos con los demás, más humanos, más bondadosos, imitando a Cristo Jesús. ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN! 


Luis Espinoza Olivares

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