lunes, marzo 20, 2017

EXISTENCIA HUMANA: TERRITORIO ABIERTO

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 20 marzo 2017
fotomarcelo

La humanidad, después de miles de año de historia, en constante cambio y transformación, ha poblado el planeta, transformado cada región, talado los bosques, masificado la industrialización, optimizado el uso de la técnica y la tecnología de la cual somos dependientes, validado las comunicaciones como una necesidad imperiosa, disminuir las horas de trabajo y aumentar el tiempo de ocio. Por tal, situarnos como entes superiores, en el concierto del mundo moderno, es una definición acertada; dotados de inteligencia, razonables, capaces de realizar acciones intrépidas y a ratos, imposibles, miniaturizar los circuitos integrados de equipos tecnológicos, viajar fuera del planeta, observar el universo inconmensurable, proponer teorías físicas que dan cuenta de la evolución del pensamiento humano para resolver conflictos y aquellas posibilidades que, en un tiempo, parecieron imposibles.


Nuestro planeta reclama atención, cuidado y respeto. Educar, a las nuevas generaciones, para enfrentar los desafíos que nos propondrá el futuro mediato y remoto, promover la vida como respaldo a la existencia humana, permitir la evolución como premisa de un mundo mejor y más habitable, detener la guerra, no contaminar, compartir el alimento para que nadie sufra de hambre, proteger a niños y niñas, pues ellos son el futuro, optimizar el uso del agua, proteger la tierra como fuente inagotable de vida, alimento y nave viajera por el espacio, admirarnos en este paraíso dado en gracia por el alto cielo para toda la humanidad.

Déjame vivir atento a la realidad circundante, a razonar en la búsqueda de respuestas, a mitigar mi necesidad de amor en el beso enamorado de la mujer que amo, en la sonrisa de un niño contento y feliz, en la memoria de los abuelos y sus hazañas de antaño, en el verso preciso  de un buen libro, en el dibujo certero del pintor, en la música cristalina de un maestro y en la esperanza de acierto y buena ventura del creyente que realiza oración.

Descubrir, en el paso lento y pausado de un anciano, la sabiduría en su largo y serpenteante sendero, guardar los detalles de toda una vida para que las nuevas generaciones aprendan los secretos y misterio en dimensiones divergentes más allá del raciocinio, escoltados por la mesura y el compromiso de transformar el mundo como nos fue mandatado., ser defensores de la tierra, guardianes del agua y el aire, maestros para cada aprendiz, discípulos del bien, caballeros andantes que se enfrentan a los molinos de viento, marineros en esta nave viajera por la galaxia, posibilidad de vida en las próximas eras, investigadores del universo para acotar las distancias y conocer los límites que se nos exponen como seres imperfectos, en vías de sabiduría.

Bajo el mismo cielo habitamos admirando los secretos inconmovibles del universo ante nosotros, predomina el hombre en viaje incógnito, inquieto, cuestionador e inquisitivo, proponiendo hipótesis asertivas, exponiendo teorías sobre el origen, la evolución posible y el futuro incierto, atendiendo en la fe un ser superior creador del todo, luz en la oscuridad, sabiduría absoluta, creados a su imagen y semejanza en viaje existencial por este mundo real y concreto, limitados por la muerte, incapaces de trascendencia sin la experiencia de buenas obras y una moral intachable, respetar las normas de conducta, atender al desvalido y cumplir el mandato de aspirar a la paz, esperanza y concordia.

Hoy, en nuestra aldea global del siglo XXI, debemos asumir la experiencia digital, de la técnica y el conocimiento, como una realidad absoluta presente y activa por todas partes, a depender de los electrónicos para cada tarea cotidiana, registrados bajo números correlativos que reúnen toda nuestra información personal en bases de datos digitales respaldado en la nube virtual.

En el faro de mi conciencia en camino mis pensamientos, doy tumbos en la vida, pues el hombre es limitado e ignorante en el juego de la existencia en el universo más allá de la dimensión terrestre, protagonistas para la redención, encaminados a otras dimensiones donde la felicidad será bandera infranqueable y el encuentro con el otro una posibilidad de vida eterna para siempre en el cielo.

Mañana vendrá el hombre a tomar partido en el juego de la trascendencia, vendrá a mirar más allá del contexto conocido, a poblar la tierra y a defender la vida como realidad vigente y en pleno desarrollo, a acompañar al más desvalido, a construir nuevos elementos, a dotarnos de modernidad en el tiempo que corre, a validar la educación como herramienta inmejorable  para resguardar el conocimiento y proponer nuevos senderos de investigación.

Anhelo vida sobre la tierra, agua distribuida en porciones iguales, alimento para todos los habitantes del planeta, fin a las guerras y esperanza de armonía y concordia entre todo ser humano.


La mecánica de una vida longeva en la tierra se determina por voluntad extrema del Supremo Hacedor, él, quien gobierna todas las cosas, domina el espacio circundante a nuestro planeta, dispone sellos que validan la redención para alcanzar una existencia superior más allá de este espacio conocido y limitado.

Marcelo Sepúlveda Oses

No hay comentarios.: