martes, mayo 12, 2009


VAMOS DE BUEN ÁNIMO POR LA VIDA
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 11 May 2009
¿Te levantas, algunos días, con ánimo, contento y con ganas de cantar? Miras alrededor y todo parece perfecto, aunque esté nublado, muy frío y con aroma a lluvia? Te diste cuenta que el árbol plantado frente a tu puerta está frondoso y en verano requiere un riego para mantenerse fresco. Cuando depositas la basura para que la recojan los encargados, peleas, permanentemente, con los perros de la calle porque desarman tus desperdicios y los reparten a diestra y siniestra. Te ponen de mal humor algunas personas que ocupan tu mismo espacio. Envidias a tu vecino pues compró un nuevo vehículo y te preguntas, maliciosamente, cómo logra tantas cosas si pareciera que ni trabaja. Consideras que algo anda mal cuando te comentan que se reunieron el fin de semana para compartir un asado entre amigos, sólo por reunirse y a ti no te invitaron? Si te encontrara la muerte, hoy día, piensas que muchos recordarán con afecto los momentos gratos que juntos compartieron?
Podríamos continuar preguntándonos, hipotéticamente, por esto y aquello y lo demás allá, sobre nuestra relación con el medio, las cosas y las otras personas.
Es cotidiano leer, en diferentes medios, sobre muertes, asesinatos, robos, fraude, engaños, triquiñuelas sucias para apropiarse de lo que no nos pertenece, irresponsabilidades de conductores ebrios provocando accidentes y podríamos continuar en una lista sin fin, pero las respuestas, en mi modesto parecer, las encontraremos muy cerca de nosotros mismos. Cada quien tiene una cuota de responsabilidad en los grandes y pequeños conflictos, problemas y dificultades en nuestro mundo. Propongamos soluciones antes que denunciar los problemas, ayudemos a los otros sin importar quien sea, practiquemos la serenidad, el respeto, la prudencia, la honradez, el buen trato y el amor más sincero a los que nos rodean. Así, la pequeña aldea donde residimos será más habitable y podremos disfrutar con armonía del tiempo y el lugar en el espacio que nos tocó en gracia.
Cuando te despiertes, temprano en la mañana, canta una canción, tararea una melodía, improvisa un poema y ve compartiéndolo con los otros, ofrece una sonrisa a la primera persona que encuentras al salir a la calle, reconoce el trabajo y la labor de cada uno, da las gracias cuando te atienden, sé un hombre y una mujer de bien. Nuestra vida en la tierra es demasiado breve para perder el tiempo regañando sobre esto o aquello, peleándonos, respondiendo malas palabras, disparando miradas asesinas, hurgando en el dolor de nuestros vecinos, desparramando ira, violencia, golpes y malas intenciones. Actuemos como el árbol plantado frente a mi puerta que regala su sombra sin preguntar el nombre del que bajo su alero se regocija, alimentemos al perro vagabundo, seguramente, luego cuidará nuestra casa y quizás a nosotros mismos cuando nos enfrentemos a algún peligro.
Marcelo Sepulveda Oses

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