sábado, mayo 02, 2009

UNA OPINIÓN / NUESTRO ANHELADO DESARROLLO COMO PAÍS
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 02 May 2009
Nuestro anhelado desarrollo como país. Claro que sí, es casi seguro que todos los chilenos queremos que la vida nos sonría, que nuestros hijos y familia crezcan en plenitud física, espiritual y moral. Ese es nuestro sueño y el de las Autoridades y Dirigentes. Para ello a diario se invierten grandes esfuerzos y recursos financieros como pocos países del mundo lo hacen. La mayor preocupación de los últimos Gobiernos ha sido cómo derrotar la pobreza y creo que cualquier otro Gobierno seguirá haciendo lo mismo. Es un imperativo ético.
Jamás se había invertido lo que se ha invertido en el gasto social de la Nación: cifras nunca antes vistas. Cerca del 70% del Presupuesto Nacional ha sido destinado al Fondo Social a través de distintos Programas. Nunca se había invertido tantos recursos en las Areas de Salud, Educación, Vivienda, Programas de Empleo, ayuda a la PYMES, etc. En fin, un esfuerzo y una preocupación gigantescos del Estado, que ha contado con la suerte de tener un elevado precio del cobre en los mercados internacionales. La billetera fiscal nunca había estado tan gruesa. Agreguemos a esto el aumento del IVA de 18% a 19% hace algunos años, los Peajes en todas las carreteras, el Impuesto Específico de los Combustibles (cerca del 40%), etc. En resumen, abundantes recursos fiscales que, como se dijo antes, han sido destinados a Programas Sociales, fundamentalmente en aras de superar la pobreza.
Para que decir lo privilegiados que somos como país al poder contar con recursos naturales que muchos se quisieran: la Minería, la Silvoagricultura, los productos del mar, la Industria del salmón, el Turismo, para que seguir, tenemos tanta riqueza. Pero entonces, ¿por qué seguimos igual? Países como Japón, Corea del Sur, Indonesia, Alemania, Suiza, Suecia y tantos otros, están a años luz de nosotros en su desarrollo económico y social, y resulta que casi no tienen lo que Chile tiene. Además, la mayoría de esos países ha enfrentado conflictos o grandes guerras.
Según mi particular punto de vista, la diferencia está en dos aspectos:
1.- La actitud frente al trabajo. Los chilenos generalmente nos conformamos con lo mínimo. No se trata de trabajar más horas, sino de aprovechar al máximo el tiempo contratado. Es una verdadera Institución nacional el “cafecito”, verdaderos desayunos que lo único que hacen es restar tiempo al trabajo. Para que decir del abuso de los permisos y Licencias Médicas, o el excesivo gasto de tiempo en los servicios higiénicos en horas laborales. Y suma y sigue.
2.- La Educación como factor de promoción social. Los chilenos no hemos querido entender que la única forma de salir de la pobreza es la educación. Lo demuestra el alto número de niños pobres que no asisten a las escuelas, no porque no tengan acceso a la educación sino simplemente porque les da lo mismo. Claro que tras esta situación está la familia, que debe motivar y convencer, en caso contrario, cualquier esfuerzo de la Autoridades será inútil. Cada persona debe tomar conciencia de su propio destino.
Entonces surge una pregunta: ¿Bastará con invertir millones y millones para superar los problemas sociales? ¿Será suficiente aumentar el presupuesto en educación si los resultados siguen siendo deficientes? ¿Bastará con que a alguien se le dé trabajo, sino lo sabe cuidar? El tema es más profundo. Pasa por un cambio de actitud frente a todo: cumplir con los deberes antes de reclamar los derechos, hacer bien nuestro trabajo y no pasarse criticando el trabajo de los demás. Queda la reflexión.
Luis Espinoza Olivares

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