jueves, agosto 06, 2009


REENCAUCEMOS NUESTRO PROCEDER
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 07 Agosto 2009
El ser humano se va adaptando a las circunstancias que le corresponde vivir. Poseemos la virtud de entender, comprender e interpretar nuevos conocimientos, descubrir, inventar y proponer hipótesis, solucionar problemas y crear y recrear el universo en el cual habitamos. Somos una obra casi perfecta, una joya sublime en el proceso de la creación universal.
Lamentablemente, en la opinión de muchos especialistas, nuestras nuevas interpretaciones de la realidad, en ocasiones, ofrecen respuestas contradictorias, conflictivas y alejadas de las normas sociales de comportamiento y conceptos de valor transversal. Es, así como podemos juzgar equivocadamente acciones o conductas de los otros, incluso nuestro propio proceder.
Si bien, estamos siendo bombardeados por los medios de comunicación de masas que nos presentan una sociedad ficticia y las relaciones entre personas de manera distorsionada o equivocada, aún es tiempo de reencauzar nuestro proceder. Por ejemplo, cuan equivocada es la propuesta que realizan los programas de televisión en torno a las relaciones de pareja, el amor, los sentimientos, la sexualidad y la fidelidad. Allí, en la programación de televisión, no importan el concepto de matrimonio “para toda la vida” y que la familia es el núcleo social básico donde se educa a los hijos, sino más bien un contrato entre dos personas que se ponen de acuerdo sobre la distribución de los recursos y una suerte de “negocio” rentable para alguna de las partes involucradas. Qué podemos pensar en torno a la presentación del erotismo a que se ven expuestos los niños en la televisión, el cine y otros medios de comunicación. Cómo podemos enseñar valores en acuerdo social y convención, si la televisión, aquel modelo infalible propone una deshumanización y un descrédito de la moral humana para la vida en sociedad.
Estamos ciertos que el natural proceso de cambio permanente y la adaptación a nuevas tendencias de interacción entre personas en una comunidad proponen una dinámica en movimiento constante; pero no por ello, debemos abandonar las experiencias positivas adquiridas por la generación anterior, actuar como seres individualistas y destruir la estructura social de comportamiento que la sociedad atesora.
Niños delincuentes, drogadictos o alcohólicos, menores de edad prostituyéndose sin el acompañamiento de los padres, muchos de ellos condenados en las cárceles. Las Unidades Educativas sobrepasada por las propuestas inmorales, indecentes o violentas de importantes grupos de gran influencia. Validación irresponsable del engaño, la mentira, el fraude y el robo. Entonces, sólo nos resta reinventarnos, reconstruir las redes sociales y proponer como guía fundamental de nuestra existencia los valores primarios del espíritu humano para convivir en una sociedad que postule el amor, la armonía y el respeto como base del andamiaje de cualquier comunidad.
Marcelo Sepulveda Oses

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