miércoles, junio 29, 2011

FORTALECER LA FAMILIA

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 28 Junio 2011
muevomono

De un tiempo a esta parte, nos hemos dado cuenta, no sin preocupación, que uno de los elementos que dan origen a los graves problemas sociales, culturales y de educación de las nuevas generaciones, tienen una fundación muy sólida en la estructura familiar vigente.

Los padres o tutores han mermado su nivel de autoridad sobre los niños y jóvenes, más aún, existen adultos a cargo de las nuevas personas, en formación y educación inicial, que ni siquiera ponen atención a su rol de guía, facilitadores o mentores de sus hijos.

Las normas básicas de orden, disciplina, cortesía, buenas costumbres y sana convivencia pierden importancia ante desvalores y conductas insanas. Hoy por hoy, el respeto por la sabia experiencia de los mayores descansa en el desván de las cosas olvidadas, es común escuchar “aquello está pasado de moda, en desuso, en retirada”. Al respecto, considero que existen relaciones sociales que no admiten cuestionamiento liviano, tan a la ligera como es: Derivar estas tareas en otros, muchas veces desconocidos o sin la experticia adecuada.

Fortalecer una familia nuclear que promueva el respeto, la práctica del manifiesto afecto, amor, cariño y armonía entre todos sus miembros es, más que una tarea, es una obligación.. Requerimos adultos comprometidos, presentes y preocupados de las necesidades de los más pequeños. Que seamos un espejo en el cual los otros reflejen una imagen válida y de común acuerdo, referente para practicar el acierto y veracidad en cada uno de nuestros actos. Es en el seno de la familia donde adquirimos la mayoría de los aprendizajes y conocimientos fundamentales, la práctica de convivencia social se ejecuta en la familia, por tanto, cualquier equivocación, error o atentado contra las normas sociales, pudiese tener causa en malas acciones en el hogar.

Cuidar y resguardar a los niños y jóvenes es un compromiso adquirido en el momento de aceptar constituir una familia, quizás, podríamos acusar falta de práctica o conocimientos: “Nadie nos enseña a ser padres” cada niño es una persona diferente, individuo único e irrepetible, cada padre o tutor debe aprender, en el mismo proceso, cómo acompañar y transformarse en maestro de sus pequeños discípulos.

Marcelo Sepúlveda Oses

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