Enviado por Luis Espinoza Olivares 12 junio 2016
COBARDE
ATAQUE A IGLESIA Y DESTRUCCIÓN DE IMAGEN DE CRISTO
La inmensa mayoría de los chilenos queremos vivir en paz, con seguridad y esperanzados en convertir a nuestra sociedad en un espacio fraterno, decente, en el cual se imponga la razón por sobre la fuerza, la decencia por sobre la delincuencia.
La
incredulidad y la indignación se han apoderado de la inmensa mayoría de los
chilenos. Nunca había sucedido un hecho tan grave.
El resumen
de la Prensa Nacional fue el siguiente: “El
ataque a la emblemática iglesia de la Gratitud Nacional y la destrucción en la
calle de una imagen de Cristo crucificado ha generado rechazo y repudio en la
sociedad e incluso en medios internacionales, que han comparado el vandalismo
con las atrocidades cometidas por los extremistas musulmanes del Estado Islámico
(ISIS) en Medio Oriente”
Continúa: “Como se recuerda, durante la manifestación
convocada el pasado Jueves 12 de Junio en Santiago por la Confederación de
Estudiantes de Chile, unos encapuchados ingresaron violentamente al templo,
forzaron la puerta lateral de uno de los velatorios, robaron varios elementos y
sacaron la imagen de un Cristo crucificado de unos tres metros. Ya en la calle,
la golpearon contra el suelo hasta destruirla”.
Ante este
hecho, el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, pidió respeto por los
ciudadanos cristianos. “Ellos merecen
también un espacio en la sociedad”, expresó el Purpurado. Señaló que la violencia no es la solución a los
problemas y llamó a los padres de familia a recobrar
“esta gran misión de educar a los hijos poniendo de relieve el significado de
la persona humana, que se realiza plenamente en el don de darse a los demás”. “Es en el
seno de la familia donde construiremos el ideal de una sociedad en paz. Estos
pequeños gestos se transformarán un día en grandes gestos de convivencia
nacional“.
La verdad es
que los niveles de violencia, falta de respeto y libertinaje han llegado a
niveles nunca antes vistos. El Cardenal Ezzati da en el clavo: el problema está
en el grave desorden que se vive en muchos hogares, en los cuales los niños y
jóvenes nacen y crecen en ambientes promiscuos, sin reglas ni límites,
huérfanos de cariño, llenos de odio y resentimiento, que más tarde vomitan en
las calles con cualquier excusa. Ahí está el origen de estos descerebrados y energúmenos.
No puede ser que en las manifestaciones sociales participe tanto lumpen y
delincuentes, que actúan bajo los efectos del consumo de drogas y alcohol. Los
responsables de las manifestaciones debieran adoptar todas las medidas para que
estos bárbaros sean detectados, neutralizados y llevados ante la Justicia.
En relación
a lo sucedido en la Iglesia de la Gratitud Nacional, queda claro que la
libertad de religión es más importante que la anarquía. Fue un acto grosero y
alejado de la razón. Fue un golpe bajo a la libertad religiosa. El ataque del
jueves se ha convertido en el décimo atentado contra un templo cristiano en
Chile: siete católicos y tres evangélicos. De los templos evangélicos el último
en ser atacado e incendiado está ubicado en la comuna de Padre de Las Casas,
donde cinco sujetos ingresaron y con disparos desalojaron a las personas que se
encontraban dentro.
¿Hasta dónde
se llegará? ¿La Justicia está esperando que en Chile se produzca un magnicidio
para actuar como debe ser? No es suficiente llenar las calles de policías, en
circunstancias que en su gran mayoría los delincuentes quedan en plena libertad
o solo con medidas cautelares.
La inmensa mayoría de los chilenos queremos vivir en paz, con seguridad y esperanzados en convertir a nuestra sociedad en un espacio fraterno, decente, en el cual se imponga la razón por sobre la fuerza, la decencia por sobre la delincuencia.
Luis Espinoza Olivares
1 comentario:
Estimado Luis: Muy buena crítica al fondo de los ataques a templos. Estos actos no son parte de las manifestaciones estudiantiles ni del conflicto mapuche, no podemos considerarlos como adhesiones a dichas causas, sino que solo son constitutivos de delito, llevados a cabo por personas con deficiencias en su formación inicial y familiar, llenas de un resentimiento causado por el bombardeo de información actual y que hacen pasar a un segundo plano las peticiones de los estudiantes y del pueblo mapuche.
El ataque al Cristo en la Iglesia de la Gratitud Nacional o la quema de templos en la Araucanía no es al azar, sino que obedece a un rechazo a un rezago histórico a la institucionalidad, de un Estado secularizado en 1925 de la religión católica.
Asimismo, sólo se debe precisar que la libertad garantizada por la Constitución, en su artículo 19 número 6º, no es la "Libertad Religiosa", sino que "La libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público".
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