jueves, octubre 22, 2009


20 DE OCTUBRE: DÍA CONTRA LA POBREZA
Enviado por Alejandra Gallero Urizar el 20 Octubre 2009
Muchos de nosotros pasamos parte de nuestra infancia creyendo que la pobreza extrema, la de los niños de vientres abultados por la desnutrición, ocurría en países muy lejanos y ajenos a nosotros. No era porque nuestros padres vivieran en la opulencia, sino porque contaban con lo suficiente para brindarnos lo necesario.

Muy pronto fuimos descubriendo que la pobreza existía: en los que vendían baratijas en las veredas arriesgando que la policía les incautara todo y los llevasen detenidos, en los mendigos apostados en los portales de las iglesias, en los que tiraban de un carretón cargado con cartones, papeles, botellas y todo tipo de envases que se pudiesen comercializar, por nombrar a algunos.
La pobreza se presenta bajo muy diversas caras. Cuando estudiaba Servicio Social tuve que tratar una familia compuesta por padre y madre alcohólicos y deficientes mentales; su hijo no lo era y se había convertido en un delincuente. Este no es un caso aislado y, a menudo, se suele etiquetar a los pobres por ser “flojos”,”alcohólicos”, en resumen, estar en su condición de pobreza por no querer trabajar, casi una opción de vida. Los estudios dicen otra cosa: cuando los niños durante cierta etapa de su desarrollo han estado expuestos a desnutrición, están condenados a tener algún grado de déficit intelectual en su edad adulta.
De lo anterior se puede deducir que hacen falta años de aplicación de políticas de salud y educación adecuadas para que, en generaciones posteriores, podamos ver el resultado de seres humanos enfrentados en más o menos igualdad de condiciones con sus pares respecto a capacidades intelectuales.
Sin embargo esta realidad no debe desalentarnos. Hemos avanzado mucho desde los tiempos en que la pobreza se veía como una adversidad del destino. Hay esfuerzos concretos por mejorar la salud, la educación, los planes de vivienda destinados a erradicar la pobreza, aunque no sean los mejores. Se han creado instituciones que apoyan el emprendimiento de pequeñas y medianas empresas; becas para que ningún alumno no pueda continuar sus estudios por motivos económicos, pero debemos reconocer que el aprendizaje base con frecuencia es débil por lo que pocos estudiantes destacan en ese plano.
Chile se inserta cada vez más en la economía global, esta integración traspasa el campo económico, el fenómeno es multidimensional, se extiende al campo de lo político, de lo social, del conocimiento de la información, de las comunicaciones y de la cultura de la que ya no es posible marginarse. Pero, por otra parte los valores se han trastocado y una nueva concepción individualista y consumista de enfocar la felicidad y el bienestar hace que las personas cada día se aíslen más en sus propios proyectos y solución de problemas. Por eso, a pesar de lo positivo de las cifras económicas, no hay correspondencia con el desarrollo social. El país se encuentra dividido por la “línea de la pobreza”, con una cantidad de 3.916.400 personas, de esa cantidad un 8% de ellos vive en la indigencia, o sea 1.104.300 personas.
Cuando nos referimos a indigentes, estamos hablando de seres humanos que, no sólo no tienen para cubrir sus necesidades más básicas, sino que se sienten moralmente cansados, carentes de afectos y amistades por lo tanto sumidos en la más profunda de las soledades y del desamparo.
¿Qué podríamos aportar cada uno de nosotros para lograr un mundo más justo?
Alejandra Gallero U.

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