PABLO DE ROKHA
¿RUPTURISTA IMCOMPRENDIDO?
Enviado por Alejandra Gallero Urizar el 28 Setiembre 2009

Poeta nacido el 17 de octubre de 1894 en Licantén, Provincia de Curicó. Su nombre original era Carlos Díaz Loyola, adoptando mas adelante el seudónimo de Pablo de Rokha.

Su vida transcurrió especialmente en provincia lo que influyó en la temática de sus obras tanto prosística como poética, aunando muchas veces ambos géneros en ellas.

Considerado por unos como un gran poeta latinoamericano y por otros como un desaforado retórico de escaso valor literario, ejerció una considerable influencia en las generaciones posteriores de poetas y narradores. Los analistas literarios de su época no reconocieron el valor de su trabajo caracterizado por la influencia de Sigmund Freud y Friedrich Nietzsche, además de su obsesión por un concepto de compromiso social ilimitado. Esto lo lleva a extender sus críticas tanto a los políticos de derecha como a los de izquierda, entre estos últimos Marmaduke Grove y Pedro Aguirre Cerda. Esta actitud de poseedor de la verdad absoluta en el terreno moral, representa en el poeta un foco dominante de su trabajo creativo. Reconocido es su eterno ataque a Neruda que se basa en la acusación de plagio y de falta de compromiso político. De Rokha también ataca a Vicente Huidobro, a Joaquín Edwards Bello, a Eduardo Anguita, a Pedro Prado y a otros escritores.

La poesía rokhiana se vuelca en la defensa de la democracia, el socialismo y el antifacismo. Su compromiso con las clases trabajadoras y los más desposeídos no lo tranza por ningún motivo.
Hacia 1929, Chile sufre la peor bancarrota de su historia con la crisis económica del mundo occidental y la súbita caída de los precios del salitre y del cobre. Pablo de Rokha, como los otros poetas nacionales de avanzada (Huidobro, Neruda, Díaz-Casanueva, Rosamel del Valle, entre otros), continúa fundamentalmente preocupado de la originalidad de la escritura y el descubrimiento de nuevas formas de decir.

El libro publicado en ese año, Escritura de Raimundo Contreras tematiza la vida de un campesino de la zona central de Chile, que paralelamente llega a ser una especie de símbolo superior de los valores nacionales. Este personaje que nos recuerda al propio de Rokha, es un arquetipo de lo exuberante y lo gozador que el poeta ve en el campesino chileno.

En 1965, recibe el Premio Nacional de Literatura, el que llega demasiado tarde para estimularlo. En sus palabras: “me llegó demasiado tarde, casi por cumplido y porque creían que ya no iba a molestar más”. Ese mismo año se suicida poco antes de cumplir los 74 años de edad, agobiado por problemas económicos, depresivos, en gran parte debido a la soledad que dejó el fallecimiento de su esposa Winétt en 1951, agregado a las enfermedades que ya empezaban a agobiarlo.

La poesía rokhiana se define en último término, por la tensión de un movimiento hacia lo inalcanzable. Escritura comprometida hasta las últimas consecuencias con la vida y el mundo, con los seres amados y odiados, con el decir auténtico expresado en todas las formas posibles de la "literatura", con el código ético y político de la honestidad personal, con la aspiración sobrehumana de fundir en la retórica poética el mundo en que se vive y las utopías con que el hombre sueña.

Alejandra Gallero U.
parralina@yahoo.com