Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 24 Agosto 2009
Quizás, muchos de nosotros no prestamos atención a labores, trabajos u oficios que se consideran menores, acciones que el sistema ejecuta de manera constante y permanente, por lo tanto asumimos su ejecución sin mayores cuestionamientos. Hoy me quiero referir a la recolección de basura tanto urbana como rural y en especial a las personas que realizan esta labor de forma anónima, esforzada y con dedicación.
Normalmente, les vemos corriendo tras el camión de la basura, apuran el paso para cumplir pronto con la ruta señalada y poder disfrutar del descanso. Levantar pesados depósitos de desperdicios puede dañar la espalda como confidenció un trabajador. Sometidos, constantemente, a olores y aromas nauseabundos, soportando el manejo de los más diversos desperdicios y desechos que disponemos en las calles y veredas.
Como, en nuestras ciudades, no disponemos de una política de recolección de basura organizada bajo el concepto del reciclaje, preparamos las cargas de desechos mezclando todos los elementos en bolsas o recipientes sin dar importancia a su clasificación separando papeles, vidrios, desechos orgánicos u otros. En este concepto, como sociedad organizada, debemos poner atención y diseñar una política de manejo de la basura que beneficie el cuidado del medio ambiente, pero también alivie el trabajo de los recolectores.
Quienes cumplen esta importante tarea son personas que por múltiples factores deben ocupar su tiempo recolectando los desperdicios producidos en domicilios particulares y/o instituciones a cambio de un salario, por demás exiguo, es una tarea noble y de vital trascendencia. Son miles de toneladas de desechos los que se recolectan constantemente en las ciudades y el mundo rural y quienes están encargados de su manejo necesitan que los ciudadanos centremos nuestra atención en hacer más fácil su trabajo: Indiquemos de alguna manera visible sobre los elementos tóxicos o dañinos que requerimos desalojar, separemos, ordenadamente, nuestra basura, aunque no se dispone en la zona de una recolección clasificada, podremos facilitar la tarea de los señores recolectores y en definitiva asignemos valor e importancia a este quehacer laboral, pues es para nosotros un gran beneficio y servicio prestado.
Es atingente reconocer que el aseo de las calles y veredas también está asignado a personas contratadas para ese fin y nosotros podemos facilitar su desempeño con simples acciones menores como son no botar basuras en la vía pública. Así expondremos ciudades, calles, veredas y caminos más limpias y aseadas, trabajadores recolectores de basura reconocidos como personas y ciudadanos desarrollando una tarea digna y valorada por la comunidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario