UNA OPINIÓN / EDUCAR EL ALMA DE LOS JÓVENES
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 20 Jul 2009
“Educar el alma de los jóvenes”. Es necesario educar no solo las mentes de los jóvenes, sino también sus almas… En un mundo caótico y violento solo la enseñanza de valores éticos nos permitirá recuperar el necesario equilibrio en la convivencia social.
El reciente caso policial de un adolescente de 15 años, quien quitó la vida a otro joven y que ha tenido connotación en la opinión pública nacional, ha llevado a conclusiones preocupantes y es una invitación a revisar el comportamiento social de los chilenos, caracterizado por la excesiva violencia en cada situación.
¿Demasiado estrés o demasiada permisividad social? ¿Leyes demasiado blandas o un sistema judicial que actúa con demasiado paternalismo? Ud. puede tener distintas preguntas o diferentes respuestas… Lo concreto es que algo está sucediendo en el comportamiento individual y colectivo de la ciudadanía y que lamentablemente se traducen en acciones de negativo resultado.
La madre del malogrado joven, en declaraciones concedidas a medios de comunicación, declaró conmocionada: “Los padres y los Colegios no solo debemos educar las mentes de los jóvenes, principalmente debemos educar sus almas. Entregarles valores es la única forma de salvar el mundo”.
Fuerte declaración, en un momento en que el tema de la Educación chilena de niños y jóvenes está en el tapete de la discusión nacional. Sabemos que numerosos hogares están entregando sólidos principios y valores a sus hijos, preparándolos para una vida plena y en la seguridad que tendrán una positiva inserción en la sociedad. Sin embargo, en otros hogares la educación está debilitada, careciendo los jóvenes de modelos dignos de imitar. En estos últimos hogares no hay reglas claras ni valores sólidos, la formación del carácter y de la personalidad es débil o nula. Así, estos niños y jóvenes crecen en un ambiente extremadamente permisivo y en ausencia de las mínimas exigencias morales que les permitan distinguir entre lo bueno y lo malo.
Por otra parte, está planteado el desafío a los Colegios y Escuelas, para revisar profundamente los Proyectos Educativos, para analizar si se está desarrollando la transversalidad (léase Objetivos Fundamentales Transversales): ello lleva necesariamente a establecer el equilibrio entre el desarrollo intelectual y la formación moral y espiritual. No basta solo con enseñar y aprender Matemática, Ciencias, Historia. Debemos fortalecer la formación de la interioridad de los alumnos. No basta con hacerles leer muchos libros: más importante es desarrollar el carácter, la voluntad, el espíritu. Creer que en los Colegios todo se está haciendo perfecto es el peor error. Todo está sujeto a evaluación y a mejora continua, solo con el propósito de mejorar los aprendizajes y favorecer la formación integral de los alumnos.
“Prioricemos la Educación del Alma de los Niños y Jóvenes”
Luis Espinoza Olivares
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