lunes, mayo 24, 2010

¿CÓMO HACER HABITABLE ESTE PLANETA?
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 24 Mayo 2010
El sol sigue su curso, una marcha precisa y constante, la tierra no equivoca su rumbo, las estaciones del año se determinan y muestran sus características propias. De este modo, podríamos pensar que todo está en orden pero no es así, la tierra, después de la depredación, está herida y dañada, requiere atención urgente.

En otras ocasiones, en este mismo medio, he denunciado sobre las agresiones recibidas gratuitamente por planeta: Sobrecalentamiento global y otras tantas consecuencias de la participación del hombre en el medio.


Hoy, deseo situarme en el ámbito de las mejores soluciones posibles, en aquello que podemos hacer y no en lo que ya no se hizo, más requerimos de la participación efectiva de los gobiernos y estados, ellos son los agentes reguladores del control de las emanaciones tóxicas y de otra procedencia. El ciudadano medio asume relativa conciencia sobre los males que agreden nuestro medio, pero las empresas, grandes transnacionales y consorcios de todo tipo ni siquiera aciertan atención sobre estas problemáticas.

A quién no le agrada visitar un lago, un río o un estero en la estación estival sobre todo si éste se encuentra limpio, lleno de agua transparente y cristalina. ¿Y entonces por qué no tratamos de mantenerlo idéntico para las nuevas generaciones que nos sucederán? El bosque se transforma en un escenario natural pleno de vida con vegetación natural adosando hojas secas en el suelo que luego se convierte en tierra fértil, nueva tierra. Así es el ciclo de la vida, todo encadenado, pieza tras pieza, segundo a segundo, sin equivocación.

El cuestionamiento lógico será: ¿Existe algo que yo, ciudadano común, pueda hacer para ayudar a mejorar al planeta? ¿Qué rol juega la educación en el proceso de formación individual para cuidar y resguardar nuestro medio? Las respuestas son múltiples. Siempre es posible hacer algo, un grano de arroz se acompaña con otro grano y al final llenamos un saco. Podemos educar a la población, poner en evidencia cada situación de deterioro y daño producido a la tierra, denunciar a los irresponsables e irrespetuosos, a aquellos que por desarrollar megaproyectos tecnológicos agreden sin piedad a la madre naturaleza.

Plantemos un árbol, una semilla, dejemos a los pájaros volando en el cielo, a los animales terrestres un espacio donde sobrevivir, respetemos el curso de las aguas en su viaje hacia el océano, construyamos casas y edificios sin dañar el suelo, creemos áreas verdes, jardines y bosques artificiales para hacer más habitable las ciudades y el campo, las cordilleras y los mares nuestros hijos y sus hijos nos lo agradecerán.

Cada vez que arrancamos una flor, matamos un pajarillo, quemamos a roce los restos de un trigal o desmoronamos las faldas de un cerro demostramos aquel espíritu bajo y ruin, nuestra inconsciente fórmula para ser feliz por un rato, pero eternamente desdichados.

Todos juntos, la humanidad de la mano trabajando por un mismo ideal podremos alcanzar grandes sueño y metas, un planeta feliz, un vergel donde habitar. Estoy seguro que cuando llegaron los conquistadores españoles a Chile se maravillaron en el esplendor de una naturaleza exuberante, acogedora e indefensa. Ojalá, en los próximos siglos, el empeño y dedicación de muchos corone su labor con el premio mayor: Un planeta limpio y habitable, el paraíso aquí en la tierra. Cualquier cosa que hagamos en función de no contaminar puede servir, por lo tanto, manos a la obra, no podemos perder ni un minuto, la tierra nos necesita.
Marcelo Sepulveda Oses

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