miércoles, octubre 07, 2009


SAN FRANCISCO UN HOMBRE DE FE
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 05 Octubre 2009

Recién ayer domingo 04 de octubre, la Iglesia Católica, celebró a San Francisco de Asís, un Hombre Santo, de una personalidad y convicción de fe intachable, quien se entregó en los brazos de Cristo Jesús para ayudar a construir su Iglesia y extender el mensaje de paz y amor que la fe cristiana predica y anuncia por todo el orbe. Francisco vivió su juventud como muchos de los jóvenes de nuestro tiempo, preocupado de las fiestas y la entretención, seguro al resguardo de su familia, pues su padre poseía los recursos necesarios para satisfacer todas sus necesidades y entre este ir y venir de una vida mundana, Francisco descubre, encuentra y vive el plan que Dios tenía diseñado para su existencia. Lo deja todo, renuncia a todas las ataduras materiales para asumir en sí mismo la pobreza, humildad de espíritu y un amor total y absoluto a Dios Padre Creador.

En Chile y en nuestra zona, manifestamos una devoción piadosa a San Francisco, en muchos rincones alejados del mundo rural y centros poblados de las ciudades, esta fiesta no pasa desapercibida. El mundo campesino invoca al santo para que las cosechas fructifiquen, para que se regale la abundancia en los sembrados, que el trigo y la mazorca produzcan al ciento por uno. A Francisco se le encargan las mascotas, los animales de corral, aquellos hermanos menores que colaboran en el trabajo agrícola, los caballos y los bueyes, las vacas lecheras, las ovejas y las mulas. Es en el campo de Chile, donde los trabajadores de la tierra presentan sus herramientas de trabajo para que San Francisco las bendiga. Es este nuestro mejor deseo para todos los hombres y mujeres que habitan, trabajan y dependen de las buenas cosechas.

A Francisco, también lo invocan los ecologistas, ambientalistas y todos aquellos que intentan defender el medio ambiente, proteger el agua, los bosques, los árboles milenarios, los peces del mar y las aves. En el mensaje del Padre Francisco, todos los seres y las cosas creadas por Dios merecen respeto y cuidado, atender al planeta tierra herido por la contaminación, el sobrecalentamiento global y un constante y permanente deterioro.

Sea este humilde homenaje a un gran Santo, un predicador incansable que supo vivir y asumir el dolor en las heridas de Cristo y asumió, también, valientemente, los estigmas que procedían desde el cielo para alcanzar la purificación que regala el dolor y la entereza total. “Señor haz de mí un instrumento de tu paz” oró incansablemente para que los franciscanos del planeta continúen su obra.

Un saludo especial para todos quienes recibieron este nombre en el sacramento del bautismo y nuestro compromiso para que el amor al prójimo sea la bandera de lucha por la paz, el amor y la armonía en la tierra.

El Padre Francisco de Asís, tiernamente, depositó, en la historia de la humanidad, una semilla eterna que no se cansa de dar frutos.

Marcelo Sepulveda Oses

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