Enviado por Luis Espinoza Olivares 30 marzo 2016
A NIVEL GENERALIZADO EN NUESTRA SOCIEDAD
La crisis en el
Sistema de Protección SENAME reveló una escalofriante realidad: el 25% de los
niños internados vive en “riesgo alto”. El tema es que -a nivel de sociedad chilena
en general- los niños mayoritariamente viven en alto riesgo. Un clima social
caracterizado por la violencia y la inseguridad, encuentra entre sus víctimas
mayoritariamente a la población más vulnerable: niños y ancianos.
En relación al SENAME, dice un Informe: “Niños
con problemas de salud crónicos que no reciben atención, fuerte retraso en el
nivel escolar, extensas internaciones que duran hasta cinco años y en las
cuales muchos menores no mantienen contacto afectivo con ningún adulto que
puedan sentir como “familia”. Estos son algunos de los antecedentes del
completo abandono de miles de niños que revela un informe elaborado por el
Poder Judicial, mantenido en reserva hasta ahora. El documento pone en la mira prácticas
de los Tribunales de Familia y de las instituciones guardadoras; y vuelve a
reclamar la reforma urgente y masiva del sistema”.
Una completa investigación de CIPER accedió (por
Ley de Transparencia) a un nuevo y más completo informe sobre la situación de
los niños atendidos en la red de protección estatal y que revela las
dimensiones desconocidas del fracaso de ese sistema. El informe fue elaborado
por la Corporación Administrativa del Poder Judicial y entre sus datos destacan
no solo la presencia constante del abuso sexual en decenas de hogares, sino una
crisis mayor que involucra, entre otros aspectos, la educación y la salud que
reciben los 15.000 niños que el Estado debe proteger.
Estimados lectores de este Artículo: los Informes de
variadas Investigaciones son abundantes en datos y cifras que no hacen otra
cosa que descorrer el velo de una cruda realidad que afecta transversalmente a nuestra
niñez, la que se encuentra mayoritariamente en abandono físico y psicológico y que,
tarde o temprano, se traducirá en una generación de hombres y mujeres
inseguros, violentos y carentes de propósitos altruistas.
El drama de la niñez chilena está tomando matices
alarmantes, ya que no solamente hay vulneración de derechos y abusos en
Instituciones guardadoras, sino que esto se está propagando a una cantidad
insospechada al interior de las propias familias en las cuales viven los niños.
Abandono material, abandono psicológico, niños abusados, niños que son
despreciados en sus propios hogares porque no encuentran afecto en sus padres,
niños que carecen de padres, niños no deseados, inseguridad emocional, temor,
temprana desesperanza en estos menores, etc.
El problema crece cada día. Agreguemos a lo
anterior el hecho que la mayoría de los padres hoy trabajan todo el día, y los
niños prácticamente reciben afecto y cariño solo en los Colegios, Instituciones
que se han convertido en verdaderas “guarderías”. Gran problema que debe ser
enfrentado con verdadero sentido valórico: no basta con manejar cifras y datos
acerca del abandono infantil; tampoco es suficiente que Instituciones como
SENAME cambien de dependencia desde un
Ministerio a otro. La solución debe ser más profunda: EL APARATAJE SOCIAL DEBE INICIAR UNA GRAN CRUZADA PARA ENSEÑAR A LOS
CHILENOS Y CHILENAS A TENER UNA PATERNIDAD Y UNA MATERNIDAD RESPONSABLES. Ahí
está la raíz del problema, de qué manera se asume la condición de padres.
No olvidemos que Chile adhirió hace bastantes años
a la Convención de los Derechos del Niño, por tanto deben hacerse todos los
esfuerzos para impedir que se sigan vulnerando tales derechos, como los a
continuación se señalan: Derecho a la Vida, Derecho a la Educación, Derecho a
la Alimentación, Derecho a la Salud, Derecho a la Identidad, Derecho a la
Libertad, Derecho a la Protección.
Sobre este último Derecho, ¿qué podemos esperar de niños internos en Instituciones
protectoras y que pertenecen a la categoría “completamente abandonados”, porque
jamás un familiar los va a visitar? Eso lo informan las Comisiones
Investigadoras, las cuáles han denunciado que este fenómeno es cada vez más
repetitivo.
No cabe duda que –salvo intervenciones muy bien
aplicadas- la mayoría de estos niños crecerá con odio y resentimiento,
transformando estos sentimientos en expresiones de violencia que muchas veces
van asociadas a la delincuencia infanto-juvenil.
Es indudable que, para poder revertir
este fenómeno- los ciudadanos debemos asumir que la condición de ser padres o
madres es una situación que debe significar compromiso, amor irrenunciable a los
hijos y sentido de contribución a enaltecer el rol de padres. No basta con
engendrar hijos, es un imperativo categórico tomar conciencia que la paternidad
y la maternidad son un don divino, y que a través de los hijos las personas
trascienden más allá del tiempo.
Duele el abandono infantil, duele saber que hay
niños que no saben quiénes son sus padres: los niños no merecen este trato,
pues ellos no eligieron venir al mundo. Basta
de irresponsabilidad, basta de egoísmo: todos los seres humanos tiene derecho a
ser felices: LOS NIÑOS TAMBIÉN.
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