Enviado por Luis Espinoza Olivares 14 mayo 2016
En la actualidad –a través del mundo- las relaciones
laborales pasan por un momento de gran tensión y complejidad, ya sea por el
permanente tema de las reivindicaciones salariales o simplemente por la
búsqueda de mejores condiciones de trabajo para todos.
De verdad, mucho se ha avanzado en todos los Estados
del Planeta en lo relativo a legislación
laboral, a pesar que en nuestro país la discusión actual aún no ha resuelto un
problema básico, como lo es el definir si lo que está en discusión es una
Reforma Laboral o una Reforma Sindical. Pero, tarde o temprano los Sres.
Parlamentarios (con la sabiduría que les caracteriza) se pondrán de acuerdo
para definir las nuevas normas que regirán el ámbito laboral chileno.
Sin embargo, el foco central de la discusión no
debiera estar puesto en definir las cuestiones formales de la Reforma Laboral,
referidas a los métodos a emplear en las relaciones de trabajo. El verdadero foco debiera estar puesto en
los temas de fondo que realmente justifican lo laboral, que van más allá de lo
productivo o del tema remuneracional. Uno de estos temas refiere al sentido
ético del trabajo, como forma de vida y
de desarrollo personal y social.
¿Cuál es el sentido del trabajo? ¿Se debe vivir para
trabajar o trabajar para vivir? ¿Cuál debiera ser el salario ético? ¿Cómo son
las relaciones laborales al interior de las Empresas o Instituciones? ¿Se han
erradicado los abusos laborales? Y tantas otras interrogantes que debieran
resolverse antes de impulsar una Reforma Laboral que algunos han tomado como
otra bandera de lucha política, mientras los trabajadores siguen esperando
respuestas a problemas terribles como lo son la incertidumbre de sus pensiones,
dado que las AFP solo han actuado como Empresas de lucro y no les importa que
un trabajador reciba una jubilación
mensual de $ 200.000 después de haber trabajado 40 años.
Éticamente, las relaciones laborales deben pasar por
un profundo respeto entre Empleador y Trabajador. Sin embargo, la vieja
práctica del abuso laboral sigue vigente, con un agregado: antiguamente el
abuso laboral lo cometía el Empleador. Hoy es común ver abusos laborales de
parte de muchos Trabajadores y Empleados: excesos de Licencias Médicas (muchas
veces injustificadas), un permanente “sacar la vuelta” en las pegas, llegar
continuamente atrasados, ausentismo laboral, etc. Todo esto no es justificable.
Al revés: muchos Empleadores o sus capataces (mal
llamados Administradores) siguen abusando. No extienden Contratos de Trabajo.
Se utiliza a menores para la actividad laboral. En muchas Instituciones y hasta
en Colegios, los Jefes se creen “patrones de fundo”, tratan a sus dirigidos a
grito pelado, los humillan, los denostan, los subestiman, no valoran sus
capacidades, los empobrecen como personas… Aquí mismo en Parral tenemos varios
ejemplos, es cosa de revisar… En el caso de la Administración Pública, estos
“Administradores” son igualmente Empleados del Fisco, sin embargo muchos de
ellos tienen actitudes despóticas.
El
trabajo debe ser una oportunidad para que los ciudadanos se desarrollen como
personas y contribuyan al progreso social.
QUIEN NO RESPETE A SUS DIRIGIDOS SIMPLEMENTE NO ESTÁ DANDO EL ANCHO Y DEBIERA
DAR UN PASO AL COSTADO.
Empleadores y Administradores (o capataces):
respeten a sus dirigidos, valórenlos como personas.
Trabajadores: cumplamos sagradamente con nuestros
deberes establecidos en nuestros Contratos.
Actuemos con ética, con responsabilidad y con un
profundo respeto a la dignidad de todas las personas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario