Enviado por Luis Espinoza Olivares 07 marzo 2016
La
más clara demostración de la libertad es la libertad de expresión en el
intercambio de puntos de vista sobre temáticas afines, en un marco de
pluralidad y con el único afán de discutir las ideas y planteamientos, sin
descalificar a las personas.
Chile es un país de libertad de expresión. Ello está demostrado en las permanentes opiniones y declaraciones formuladas por personas del más variado espectro y sobre los más diversos temas. Ello se agradece, pues es un buen síntoma de desarrollo social e intelectual. Lo único que se solicita al momento de la expresión oral o escrita es la responsabilidad en lo declarado. Para ello, es altamente necesario que ocurra un proceso personal de la más mínima lógica, como lo es la secuencia “pensar – expresarse”. La expresión verbal o escrita se asocia directamente a una acción, por tanto la lógica antes señalada también puede entenderse como pensar y actuar”.
Lo que sí está claro en una sociedad con libertad de expresión, es que precisamente todos los ciudadanos tengan derecho a decir lo que piensan, siempre que ello se realice en un clima de respeto a las personas y a sus ideas. La libertad de expresión no da licencia para realizar alusiones directas que puedan dañar la dignidad e integridad personal de los ciudadanos. “Se rebaten las ideas, no a las personas”. Esa es la mínima norma de la convivencia democrática. Es más, los puntos de vista deben sostenerse con argumentos sólidos, válidos y que no estén reñidos con la moral y las buenas costumbres. Demás está agregar que la emisión de opiniones, comentarios o puntos de vista debe ser de manera responsable, con plena identificación de las personas que los emiten: ello implica que los medios de comunicación no debieran permitir expresiones anónimas: solo así estaremos asegurando una sana convivencia social.
Chile es un país con una larga tradición en materia de libertad de expresión: debemos fomentarla, invitar a todos los ciudadanos a que se expresen, pero con argumentos y con el debido cuidado de ennoblecer el debate.
Todo lo anteriormente señalado se asocia cabalmente al uso de las redes sociales, a través de las cuales muchas veces se emiten opiniones y comentarios simplemente irreproducibles e irresponsables, los que agrian la sana convivencia. Debemos ser capaces de usar este poderoso medio (las redes sociales) para ayudar a las personas que lo necesitan, para llevar paz y concordia, con el único fin de fortalecer a nuestro querido país.
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