UNA OPINIÓN / ¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 27 Ene 2009
¿Qué nos está pasando? La interrogante tiene que ver con lo cambiado que estamos los chilenos en nuestra forma de relacionarnos como personas. Quizás si las características actuales de nuestra sociedad nos han llevado a configurar una forma de ser que dista mucho de lo que idealmente se necesita para tener una mejor calidad de vida o para mejorar nuestras relaciones humanas. Ud. va por la calle y escucha insultos y descalificaciones en forma gratuita, por cualquier motivo. Automovilistas prepotentes, peatones agresivos y desafiantes. Ya muy pocos se saludan en la calle, la gente camina en forma apresurada y con rostro duro. Cuando alguien va a una oficina o a un local comercial, no se sabe pedir las cosas, siempre se hace con altanería, en forma áspera, sin ponerse en el lugar de quien atiende. También se ven casos de funcionarios descorteses, que atienden mal al público: al contrario, también los hay muy gentiles, amables…
¿Qué hacer? Bueno, cada uno debe ponerse en el lugar de los demás y tratar de dar lo mejor para mejorar la convivencia. Tener un trato cordial, ser amable con todos. Pero esta recomendación va para TODOS, no para algunos. Existe gente demasiado “prepo” en todos los lugares, en el barrio, en las Instituciones, en los trabajos, en los hogares. Se necesita recomponer la convivencia. Tal vez las personas andamos demasiado alteradas por lo que está sucediendo en el país: delincuencia, violencia, etc.
Sin embargo, tratemos de mejorar nuestro entorno más cercano:
- Seamos amables y corteses con todos quienes nos relacionamos.
- Sepamos pedir las cosas, no con insolencia.
- Agradezcamos todas las cosas, un favor, un gesto, un trámite.
- Seamos prudentes, controlemos nuestras palabras, nuestras acciones, no demos rienda suelta a cualquier impulso.
- No hagamos comentarios que no corresponden, solo ensuciamos la convivencia.
- Respetemos a todas las personas tal como son. Mientras los demás no atenten contra las normas mínimas de la moral y las buenas costumbres, no tenemos por qué pasarlas a llevar.
- Seamos correctos para pedir las cosas: recordemos que los demás no son ni nuestros esclavos ni nuestros empleados.
- Usemos un lenguaje adecuado, sin garabatos ni expresiones que puedan herir a los demás. Nadie tiene derecho a estar escuchando groserías gratuitamente. Es hora de cambiar, pero para ello no es necesario una Ley o un Decreto, es algo que pasa por cada persona. Cambiemos nuestra actitud personal, a lo mejor siempre estamos echando la culpa a los demás y no somos capaces de reconocer en qué estamos fallando cada uno de nosotros. Hagamos de nuestro barrio, nuestro lugar de trabajo, nuestra Comuna, un lugar agradable y digno para tener una buena calidad de vida.
Piénselo, “el mundo cambiará cuando cada uno de nosotros cambie: nosotros somos el mundo”.
Luis Espinoza Olivares
- Seamos amables y corteses con todos quienes nos relacionamos.
- Sepamos pedir las cosas, no con insolencia.
- Agradezcamos todas las cosas, un favor, un gesto, un trámite.
- Seamos prudentes, controlemos nuestras palabras, nuestras acciones, no demos rienda suelta a cualquier impulso.
- No hagamos comentarios que no corresponden, solo ensuciamos la convivencia.
- Respetemos a todas las personas tal como son. Mientras los demás no atenten contra las normas mínimas de la moral y las buenas costumbres, no tenemos por qué pasarlas a llevar.
- Seamos correctos para pedir las cosas: recordemos que los demás no son ni nuestros esclavos ni nuestros empleados.
- Usemos un lenguaje adecuado, sin garabatos ni expresiones que puedan herir a los demás. Nadie tiene derecho a estar escuchando groserías gratuitamente. Es hora de cambiar, pero para ello no es necesario una Ley o un Decreto, es algo que pasa por cada persona. Cambiemos nuestra actitud personal, a lo mejor siempre estamos echando la culpa a los demás y no somos capaces de reconocer en qué estamos fallando cada uno de nosotros. Hagamos de nuestro barrio, nuestro lugar de trabajo, nuestra Comuna, un lugar agradable y digno para tener una buena calidad de vida.
Piénselo, “el mundo cambiará cuando cada uno de nosotros cambie: nosotros somos el mundo”.
Luis Espinoza Olivares
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