lunes, enero 30, 2017

INCENDIOS FORESTALES: ZONA DE CATÁSTROFE

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 30 enero 2017
fotomarcelo

Las últimas semanas, en el centro sur, hemos asistido a una tremenda catástrofe que a nadie ha dejado indiferente: Incendios que se propagan destruyendo todo a su paso, quemando miles de hectáreas de bosque nativo y plantaciones forestales, viviendas, sembradíos, animales de corral, la flora y la fauna silvestre, una emergencia extrema que pone en alerta a nuestra patria y recibe la solidaridad internacional.

Según los expertos en el tema, en esta época del año, se dan las condiciones propicias para la propagación de incendios forestales ya que la temperatura ambiente supera los 30°, la humedad relativa del aire no supera el 30 % y el viento colabora para extender el manto siniestro del fuego que arrasa todo a su paso, pero la combustión de un incendio no se puede producir sin la chispa que desata su furia, por tanto, la generación de cada foco de incendio, en la mayoría de los casos, es producto de la participación humana, por descuido, negligencia o mala intención.

La solidaridad, tan propia de la conciencia social que hemos asumido como chilenos, nos ha movilizado para ir en ayuda de aquellos quienes han perdido todas sus pertenencias, su casa habitación y hoy están sometidos a comenzar de nuevo, se debe reconstruir desde los cimientos, se deben facilitar los medios para volver a empezar y entones, las Instituciones de ayuda iniciaron sus campañas solidarias para acompañar a quienes lo perdieron todo en la tragedia, aunque es necesario hacer notar que la catástrofe aún no concluye y continua en proceso, por lo cual, debemos estar atentos, en alerta y movilizados para controlar y ojalá, extinguir todos los focos de incendio declarados.

Cuando niños, nos enseñaron que “con el fuego no se juega”, es prioritario destacar que este no es un juego y no podemos ser responsables de la generación de nuevos focos de incendio, debemos asumir consciencia, responsabilidad y respeto por aquel, quien puede ser víctima de una acción irresponsable, temeraria y violenta, niños y adultos mayores son siempre los más afectados y por tal, a quienes hay que ayudar con mayor premura, hoy desvalidos y en condiciones de vulnerabilidad extrema.
Santa Olga antes y después
A la fecha, como habitantes del sur, asumimos, que cada cierto tiempo, las emergencias, catástrofes y desastres naturales nos acompañan desde épocas remotas, por lo cual, donde hemos construido, en aquel territorio del cual somos habitantes, por una u otra razón, se ve desolado, agredido hasta los cimientos, el fuego arras y destruye sin control; entonces, las lágrimas fluyen con dolor, se nubla el horizonte y clamamos piedad al alto cielo. Pero, en la otra vereda, el hermano va en ayuda del caído, regala de su pan un pedazo, mitiga las necesidades y declara su caridad como valor fundamental y trascendente.

Desde Retiro y Parral, nos hacemos parte en la tragedia, saludamos a quienes combaten, en primera línea, esta voraz y destructiva catástrofe, a Bomberos de Chile, Brigadistas Forestales, Carabineros, Fuerzas Armadas, Equipos Aéreos, Vecinos, Comunidades Organizadas, Autoridades y Voluntariado, aquellos que han sufrido la devastación, los mártires quienes viajaron a la otra vida, valga nuestra palabra de apoyo y compromiso, todos reunidos en un solo fin: Extinguir estos incendios depredadores.


Debemos estar alerta, hoy, convivimos en medio de la tragedia, los incendios forestales más devastadores de nuestra historia, pero vendrán días, meses y años para volver a comenzar, para que desde las cenizas florezca de nuevo la vida, para que los niños y jóvenes asistan a la Escuela, para que los pequeños agricultores siembren la tierra, para que la crianza sea fértil, las habitaciones vuelvan a estar de pie y cada comunidad encuentre la paz, quietud y armonía tan esquiva en estos momentos. Toda ayuda y colaboración es bien recibida.

Marcelo Sepúlveda Oses

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