domingo, marzo 28, 2010


TERREMOTO: EFECTOS INMEDIATOS
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 23 Marzo 2010
“Los de hoy ya no somos los mismos.” Los días transcurren sin demora, cada día posee un afán particular, pero debemos confesar que aquel 27 de febrero pasado grabó a fuego en nuestra memoria una experiencia vital y extraordinaria.

Después del terremoto ya no somos los mismos, sufrimos miedo, temor y angustia, todo quehacer, cualquiera sea, involucra poner atención en las réplicas constantes o la posibilidad de un sismo mayor, resguardar a los miembros de la familia, conocer zonas de seguridad y evacuación, disponer de servicios básicos.

El miedo nos aprisiona, nos inmoviliza, vivimos sobresaltados, tememos a la oscuridad, a la noche, a lo inesperado. Necesitamos comprensión, apoyo, seguridad en el seno de la familia. Todos, cuál más cuál menos, requerimos de los otros para reencontrar la seguridad y la confianza. Debemos intentar retomar nuestras rutinas, buscar la calma y la paz interior, aceptar las demoras en la atención, que estamos viviendo a medias, pues no disponemos de todos los servicios, debemos ser pacientes, mucho más pacientes.

Nuestro mundo circundante ha cambiado, el paisaje de las ciudades y los pueblos ya no es el mismo, frente a mi casa, quizás, hoy encuentro un sitio eriazo donde antes hubo un hogar y una familia. El almacén de la esquina ya no existe, la señora María y sus nietos viajaron lejos.

Entonces la pena y el dolor de la tragedia nos invaden, arremete sobre nuestros sentimientos y viene a desplomar cualquier fortaleza. Hoy los padres deben ser más comprensivos, las personas que atienden público, más atentas, los profesores, terapeutas y confidentes, la religión una oportunidad de encontrar consuelo en la justicia del Buen Señor Dios.

Quizás, pasarán muchos días, meses o años antes que la calma y la armonía adornen nuestras vidas, quizás nunca olvidemos, quizás nunca podremos transmitir el pánico y las sensaciones que inundaron nuestro ser aquella noche fatal. Pero estamos vivos, continuamos nuestra existencia pasajera sobre este planeta errante. Ya no somos los mismos, somos sobrevivientes del cataclismo, quienes juntos, en comunidad y empeño reconstruiremos las casas, hospitales, colegios y edificios, quienes reconstruiremos nuestro ser para juntos seguir la vida y construir sobre lo derrumbado.

Deseo reiterar a cada habitante del Maule Sur mi consuelo, siempre podremos levantarnos y continuar la existencia. Volveremos a dormir tranquilos, a confiar en este planeta, a mirar la vida con entusiasmo, a amar a quienes están a nuestro lado. Ya no somos los mismos, sobrevivientes del gran terremoto, quienes con esfuerzo, entereza y dedicación ofrendan todas sus fuerzas para continuar caminando el sendero de la vida y la paz y quietud armónica en el eterno sentimiento del amor.

Marcelo Sepulveda Oses

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