UNA OPINIÓN / LA OBLIGACIÓN EDUCATIVA DE LOS PADRES

Enviado por Luis Espinoza Olivares el 13 Oct 2008

La obligación educativa de los padres. Así de claro. Los Padres y familias tenemos la obligación de educar a nuestros hijos. No existe argumento en contrario, salvo cuando un niño (por motivos extremos) no tenga a sus progenitores a su lado. Pero, en el resto de los casos, los grupos familiares (comenzando por los padres) debemos hacernos cargo de nuestros hijos, incluso desde antes de su nacimiento. Desde esa etapa debe existir preocupación por el sano crecimiento y desarrollo de los hijos, entregándoles cariño y afecto y, además, las condiciones materiales mínimas que les den protección y seguridad.

Sin embargo, hoy en día se ve con mayor frecuencia a padres y grupos familiares desentendidos de su rol, y han traspasado su responsabilidad a otras personas u organizaciones sociales. Los padres somos los primeros responsables de la educación de nuestros hijos: para ello, debemos trabajar, preocuparnos de su sano desarrollo, de su escolaridad, de su futuro.

Muchas familias culpan a la sociedad de los problemas que algunos jóvenes generan. Incorrecto. Si un niño nace en un hogar en el cual se inculcan sanos valores de vida, aunque se muy pobre o vulnerable, sabrá adaptarse positivamente a la sociedad.

No culpemos a los Colegios o Escuelas de muchos problemas que han sido incubados en el seno de los hogares. Enseñemos a nuestros hijos valores y actitudes positivas. Pero, no con palabras, sino con ejemplos de vida, que los niños y jóvenes vean en sus padres modelos positivos de vida. Que los hijos perciban en su hogar respeto, alegría, diálogo, obediencia, orden, disciplina, espíritu de superación, amor al trabajo, tolerancia por las ideas de los demás. LO DEMÁS VENDRÁ SOLO.

Busquemos el equilibrio en la educación de los hijos: “Exigir con cariño”. Si solo exigimos, podemos ser crueles. Si solo damos cariño, puede convertirse en blandura, que muchas veces es el inicio para que un niño haga lo que se le antoje. Deben haber reglas claras en el hogar, sobre todo en lo relativo al cumplimiento de las responsabilidades, los horarios de salida y llegada, etc. No es posible que adolescentes de ambos sexos amanezcan en fiestas, incluso en desconocimiento de sus padres, exponiéndose a múltiples riesgos y amenazas a su integridad física y psicológica.

Los hijos deben ser obedientes a sus padres, esa es la más simple fórmula para permitir una sana educación de los hijos. En la casa quien manda son los padres no los hijos. No confundirse con el argumento de “ser amigos de los hijos”. No, los padres son padres y no amigos. Distinto es tener una buena comunicación, pero llegar a decir que los padres deben ser amigos de los hijos, es un error.

Los padres no debemos abandonar nuestro rol, cualquiera sea la circunstancia, siempre debemos estar a su lado, para educarlos y mostrarles el camino correcto.

Luis Espinoza Olivares