martes, octubre 28, 2008


"ALMÁCIGO" 205 POEMAS INÉDITOS DE GABRIELA MISTRAL
Enviado por Alejandra Gallero Urizar el 29 Oct 2008
A la muerte de la poetiza Gabriela Mistral, muchos escritos quedaron huérfanos, pero que Doris Dana, su secretaria privada, cuidó con esmero. Pero fue la sobrina de ésta, Doris Atkinson, quien abrió este legado cuando pasó a ser de su propiedad por habérselo donado su tía. Así llegaron a las manos de la biógrafa de la poetiza, Elizabeth Horan y del profesor del Instituto de Letras de la Universidad Católica, Luis Vargas Saavedra. Durante el mes de julio del 2007 este último revisó papel por papel hasta seleccionar 205 poemas completos y terminados. Fuera quedaron bocetos y proyectos, así como también las rondas y canciones de cuna los que serán motivo de otra publicación más adelante.

El 21 de Octubre recién pasado se dio por terminado el trabajo con la presentación, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica, del libro titulado “Almácigo”.

Luis Vargas Saavedra fue el creador del título. Según sus propias palabras, la razón para la elección fue: “Siento que el conjunto de inéditos equivalen a brotes verbales”. De acuerdo con el académico, estos poemas fueron escritos en la década del 40 al 50, cuando Gabriela estaba en la “cúspide de la creatividad”. Entre los rasgos que él destaca en ellos está la dinamización y la ambivalencia. Dinamización por la manera de sentir y expresar tanto lo estático como lo vivo. En ellos la naturaleza danza, canta, silba, llama y urge. La ambivalencia por el uso del recurso poético de dotar a una palabra, o a una metáfora, o a todo un verso, de los diversos significados, aprovechando así las “polivalencias” del idioma español.

Nuestra premio Nobel guardaba todos sus manuscritos, incluyendo páginas y más páginas escritas con palabras con cierta determinada terminación como eo ó bía, con seguridad para recurrir a ellas cuando necesitaba encontrar la rima perfecta. Cuentan que por allá por 1948, Gabriela dijo: “No tengo hijos, pero tengo una familia de cuadernos”.

He aquí dos estrofas del poema La Enclavada, incluido en el libro de poemas inéditos “Almácigo”:

Ya no me voy con este día
ni con esta primavera
no me verás las espaldas
huyendo como las velas,
El dolor de toda carne
se llama ausencia.
Me quedo en tu patio traída
como los baldes o las piedras,
Del país donde yo vivía
corté mi cuerpo, raí mis señas

En esta estrecha muestra se puede percibir a la poetiza apasionada que rompe cadenas. Hay dolor cuando habla de su país, desilusión y al mismo tiempo mucha fuerza para arrancárselo del alma, si es en otra patria donde encuentra el amor.

Alejandra Gallero Urizar
parralina@yahoo.com

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