lunes, febrero 21, 2011

LA MAGIA ESCONDIDA EN LOS LIBROS

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 21 Febrero 2011
muevomono

Hoy en día, el texto está más cerca de nuestra vida cotidiana. Programas como “Maletín literario,” “Biblioredes” o la red global de comunicaciones (Internet) permiten, a miles y miles de ciudadanos, disponer de información impresa. Sabemos que aún falta mucho por hacer en torno al acceso y disponibilidad del libro, pero hemos avanzado consistentemente.

Hace un tiempo conocí un relato impactante: En las proximidades de un cuartel de las tropas de paz de la ONU en Haití, bajo una luminaria, un joven anónimo leía y leía. Después de un tiempo, se logró entender su afán, se preparaba, afanosamente, para continuar estudios cuando su azarosa y pobre vida le ofreciera una oportunidad. Allí, bajo el farol, descubrió uno de los pocos lugares iluminados disponibles. Esta es una simple muestra de empeño y sacrificio, que a pesar de circunstancias difíciles y el rigor, el ser humano se sobrepone y enfrenta con coraje la adversidad.

Entonces, en nuestra realidad, sin aquellos problemas extremos de sociedades en conflicto, no se justifica, a veces, la falta de conocimiento, destrezas o habilidades básicas fundamentales como son leer y comprender un texto escrito que se transforma en una acción necesaria para integrarse y acceder a las relaciones socio-culturales del mundo moderno. Por tanto, no podríamos justificar, en un análisis general, tales carencias, entendiendo, obviamente, que existen excepciones naturales, pero sí, identificar algunas variables que respalden nuestra preocupación: falta de motivación personal, esfuerzo, empeño, dedicación, desidia o simplemente flojera. Los medios o instrumentos están disponibles, debemos usarlos para nuestra formación personal y beneficio.

En el afán de esta columna, promover el hábito lector, propongo concentrarnos en un tipo de texto particular: Las fabulas. Estas se definen como, relato, en prosa o verso, falso o imaginario que oculta una enseñanza moral bajo el velo de una ficción. La fábula debe ser uno de los medios más atractivos para enseñar a niños y jóvenes. Acostumbrados a los dibujos animados, ellos, encuentran un referente común en la fábula para aprender entreteniéndose. Existe una literatura amplia y variada en torno a las fábulas, los padres debiéramos regalar fábulas a los hijos a través del lenguaje oral y/o escrito, lo que permite reforzar la comprensión lectora, incrementar el vocabulario, potenciar habilidades innatas para extender el uso de la creatividad, imaginación y fortalecer valores morales y éticos.

A continuación, reproduzco dos pequeñas fábulas que reflejan un valor intrínseco.

LA AVARICIA: Una niña tenía una gallina que todos los días ponía un huevo, un solo huevo. Un día, la niña pensó que si la alimentaba más, la gallina pondría dos huevos, pero se puso tan gorda, que ya ni siquiera pudo poner su huevo diario. Esta fábula enseña que quien busca poseer más de lo que tiene, sólo por avaricia, puede perder incluso lo que posee.

 

EL LABRADOR Y SUS HIJOS: Estaba un labrador a punto de morir y quiso dejar a sus hijos experimentados en la agricultura. Así, los llamó y les dijo: - Hijos míos, voy a dejar muy luego este mundo. Busquen lo que he escondido en la viña y encontrarán todo. Sus descendientes, creyendo que había enterrado un tesoro, después de morir su padre removieron profundamente todo el suelo de la viña. No encontraron ningún tesoro, pero habían removido tan bien la tierra, que la viña multiplicó sus frutos. Esta fábula enseña que el trabajo es un tesoro para los hombres. (Texto: “Una fábula para cada día”).

Marcelo Sepúlveda Oses

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