jueves, diciembre 10, 2009



UNA OPINIÓN / EL VERDADERO SENTIDO DE LA NAVIDAD
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 10 Diciembre 2009


El verdadero sentido de la Navidad… No es precisamente la validación del consumismo, sino que es el recuerdo de un niño que trajo esperanza a un mundo convulsionado, como el de su época.

No es simple casualidad, pero sucede que terminada la celebración de Fiestas Patrias, inmediatamente comienza la difusión de Navidad, con una abierta invitación a comprar todo lo que se nos coloque por delante. Está claro que una demostración de afecto y cariño la constituyen los regalos, en los cuales está implícito un sentimiento de amistad que se ratifica con un obsequio. El tema es que no corresponde exagerar la compra de regalos, al extremo de quedar endeudados hasta el límite.


Navidad es un tiempo de espera, es la expectativa del nacimiento de un niño que traerá paz y amor a todo el mundo, especialmente al mundo cristiano. Llega Jesús a recordarnos que más importante que los regalos es el amor que podamos dar a los demás. Tal vez el regalo más valioso es la promesa de querer cambiar interiormente para mejorar nuestro mundo, cultivando la humildad y la autocrítica.

No se necesitan tantos regalos para tener una Navidad feliz, no es necesario donar el regalo más caro para expresar afecto por alguien. Un padre dirá a su hijo “te quiero mucho” y será el mejor regalo que le pueda hacer. Lo material se destruye, se destroza: los sentimientos no. Regalar afecto, cariño, comprensión, amor, es la más fuerte demostración de buena voluntad que permita mejorar nuestro mundo también muy convulsionado por la guerra, el engaño, la mentira, la prepotencia, la ambición, la falta de caridad.

No queremos tanto regalo material, deseamos solamente robustecer los sentimientos de amistad y de esperanza en un mundo mejor, libre de descalificaciones, de calumnias y de envidias. No más consumismo ni materialismo ateo, debemos recuperar la fe y la paz interior, queremos una sociedad amable, respetuosa de las personas, libre de la esclavitud de “tener cosas”.

Jesús nació en un pesebre, pero con la dignidad de un Rey. Vivió materialmente pobre y desposeído, pero rico en fe en un mundo en el que reina el amor y la buena voluntad. Nuestro mundo debiera convertirse en una permanente Navidad, para que nuestros hijos y las siguientes generaciones vivan en paz y alegría.



Feliz Navidad para todos.

Luis Espinoza Olivares.



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