EN LA CUENCA DEL RIO LONGAVÍ
La Junta de Vigilancia del Río
Longaví y sus Afluentes, junto al Centro Regional de Estudios Ambientales de la
Universidad Católica de la Santísima Concepción, comenzaron la ejecución de Programa
de Calidad de Aguas.
Con la finalidad de mejorar la
calidad de agua para uso agrícola de 10 canales de la red de la Junta de
Vigilancia del Río Longaví y sus Afluentes (JVRL), es que se dio lanzamiento
oficial al Programa, financiado por el Gobierno Regional del Maule y que será
ejecutado por el Centro Regional de
Estudios Ambientales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (CREA
UCSC).
Esto, pues se estima que los mercados
serán cada vez más rigurosos en la certificación de los productos que se
exporten, es por ello la necesidad de evaluar las comunidades de aguas y
determinar en cuáles se aplicará el estudio, el que entregará herramientas a
los propios usuarios para mejorar la calidad de sus aguas y evitar la
contaminación, explicó el Presidente del Directorio de la JVRL, Máximo Correa.
La iniciativa, financiada por un
Fondo de Innovación y Competitividad (FIC), busca adaptar, transferir y
difundir un modelo de gestión de calidad de agua de riego que permita mejorar
la información en organizaciones y para agricultores, facilitando el ingreso a
más y mejores mercados para fortalecer la competitividad del sector
agroalimentario.
El representante del Canal Maitenes
de Retiro, Amador Cortés, participó en el lanzamiento, quien comentó que “es
importante cuidar la calidad de las aguas, nosotros recorrimos siempre el canal
para saber en qué condición está. En este momento, hacemos el llamado a los
turistas, porque dejan botellas y suciedad… Antiguamente, hasta tomábamos agua
de estos lugares, pero ahora sería imposible, por eso es importante ir
corrigiendo el problema y esperar que después de los análisis, tengamos las
herramientas para combatir la contaminación en nuestros sectores”.
Así mismo, el representante del Gobierno
Regional del Maule, Rodrigo Loyola, hizo un llamado a quienes lideran las
comunidades de usuarios de aguas, haciendo que “los compradores están exigiendo
calidad en sus productos agrícolas, por eso es preponderante la calidad de las
aguas, pues puede afectar a los mercados”.
El proyecto comenzó su aplicación
durante enero, para terminar en el invierno del 2017, teniendo un impacto
estimativo de beneficio indirecto para mil familias de Longaví, Retiro y Parral.
Fabiola Urra Espinace / Periodista JVRL
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