UNA OPINIÓN / LA INCÓGNITA DE NUESTRA VIDA
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 17 May 2009
La incógnita de nuestra vida… Llueve, solo el silencio y la música del agua interrumpen los pensamientos. La imaginación vuela lejos, tan lejos como el desierto que se esconde en los sones de la música de beduina nostalgia que suena baja, tan baja como el tono de la luz del día devorada por la oscuridad de la noche.
“Éxodo”, “Lawrence de Arabia”, “Zorba el Griego”, “El bolero de Ravel”, “Dos Guitarras” y otras tantas melodías inmortales solo hacen que el espíritu divague plácido por la lejanía de la soledad y del reencuentro consigo mismo.
El abismo de medianoche es el pasaporte a la reflexión sobre el significado de nuestra vida. Y allí estamos, solos consigo mismos para abrazar recuerdos, emociones y sentimientos nacidos desde la médula de nuestro ser. Caminos conocidos y recorridos en compañía de nuestros seres queridos, amigos y circunstanciales acompañantes, senderos de nuestra vida abiertos con nuestras manos con el cincel de la dicha y del dolor.
Sueños escondidos en nuestro equipaje, sueños que florecieron cual flores en primavera, sueños abandonados en el camino aún con la humedad de nuestras lágrimas, sueños trizados cual roca milenaria azotada por el mar, sueños de palomas volando sobre la inconciencia de nuestro despertar… en fin, sueños que alimentaron nuestro sendero que alguna vez terminará…
Y allí estaremos, al final de este sendero, cualquier día y en cualquier lugar, con la fría invitación de la Hermana de San Francisco, temida por muchos, anhelada por algunos…
Qué importante es saber que nuestro camino acabará algún día, tarde o temprano, y que nuestro libro personal se abrirá para leer las páginas de nuestra terrenal existencia. Cuanto habremos sembrado y cuánto habremos cosechado… Cuánto habremos amado y cuánto odiado… Cuántas alegrías y penas, amor o desamor… Sólo cada uno de nosotros sabe cómo estamos escribiendo nuestro propio Libro… Sólo algún día aflorarán nuestros reales sentimientos con el último suspiro de nuestra existencia… Solo en aquel último minuto sabremos si hemos vivido para amar…
Nuestro día es hoy, nuestra luz es el presente… Alimentemos esta luz para cuando llegue la Gran Noche de nuestra Vida… Bienvenida Soledad de Soledades, invítanos a caminar sin temor a tu lado, sin miedo a tu compañía… Aquí estoy, sereno para esperarte, altivo para enfrentarte, seguro para vencerte… Aquí te entrego un corazón alegre de la Vida, para ahuyentar todos los temores de tu llegada… Así te esperaré aquel día del último minuto del último suspiro…
Luis Espinoza Olivares.
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