Hace unos días, encontrándome en la Oficina de Correos de Parral, verifiqué un hecho que motivó mi comentario en esta columna. Turistas extranjeros requerían alguna postal o información turística de nuestra ciudad con el afán de testimoniar gráficamente su visita. Para mi extrañeza, no pudimos señalarles ninguna solución. No existe, en este momento, ningún tipo de documento impreso que documente sobre Parral, su gente, el entorno socio-cultural u otros.
Ante tal constatación, deseo apelar a las autoridades locales, quienes deberían prodigar la creación de trípticos, documentos e información turística. Honestamente, no sé a quién compete tal quehacer, pero creo que es de ejecución absolutamente necesaria para atender los requerimientos de nuestros visitantes, es un diseño gráfico que no creo involucre un importe millonario, ojalá, a quien corresponda, le preocupe esta situación y se planifique su realización en el corto plazo; de tal manera, potenciamos el turismo y exponemos nuestra vida ciudadana en esta hermosa ciudad del sur.
Así también, me refiero a otra preocupación que considero relevante: Hará un mes a la fecha, funcionarios municipales quitaron los pastelones de veredas que habían sido levantados por efecto de las raíces de los árboles en la Calle Mario Mujica de la Villa Pilar II; pero, hasta el día de hoy, estas no han sido repuestas con el consiguiente peligro para quienes transitan por estas erráticas aceras. Me ha correspondido observar y asistir a adultos mayores mientras trastabillan producto de la imperfección del terreno. Por tanto, realizo un llamado a las autoridades a cargo, para que en el corto plazo, solucionen este problema comunitario que pudiese general un accidente grave a algún vecino.
Finalmente, volveré a insistir en el interés de cuidar el aseo y ornato de la ciudad, tarea que involucra a todos los habitantes y ciudadanos. Si disponemos de un servicio, permanente y eficaz en la labor de retirar nuestros desechos y basura, bajo qué pretexto o argumento tiramos nuestros restos a la calle, ensuciamos nuestro entorno y afeamos el hábitat en el cual vivimos.
Creo y estoy convencido en la necesidad de crear consciencia ciudadana, validar una armónica y digna convivencia social; por tal, vuelvo a repetir: Llevemos la basura al basurero y cuidemos el aseo de la ciudad.
Así también, quisiera proponer, la posibilidad de reciclar los productos de desecho que generamos. Es posible implementar un sistema particular, educar a la población y de paso ayudar a descontaminar nuestro planeta. Separar los residuos y clasificarlos para su reciclaje, quizá, comenzar en planes pilotos en algunas poblaciones, generar programas escolares en Unidades Educativas o empresas e instituciones públicas y privadas.
Sé y estoy consciente que es una propuesta que requiere de una metodología de trabajo de campo dificultosa y de largo plazo, que requiere constancia y permanencia en el tiempo, pero podemos comenzar poco a poco, principalmente en Talleres de Formación para la población y educación. Debemos heredar a las nuevas generaciones, cambios radicales en nuestros hábitos de vida social y ciudadanos para que la ciudad y el campo continúen siendo habitables en un ambiente limpio y sano.
Marcelo Sepúlveda Oses
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