Las luminarias se encienden por la noche, pues claro, en el día no hacen falta. De tal forma, vamos aprendiendo por la vida, reconociendo nuestra propia experiencia. Viviendo y observando el mundo desde nuestro particular punto de vista, que quizás puede estar muy equivocado, pero es mi propia perspectiva y consciencia. Por ejemplo: Me agrada el sonido de la noche, parece como si la tierra estuviera dormida, pero puede haber quien no se emociona de la misma manera con este fenómeno, pero no por tal está equivocado.
Es meritorio escuchar a la gente simple y sencilla, ellos dan sentencias que proponen grandes verdades, sólo debes poner atención, señalo algunas de éstas; Si no guardaste leña para el invierno, jódete de frío; olvidar pagar una cuenta te puede dejar sin corriente eléctrica, olvidar respirar te deja sin vida; nunca elegimos a los amigos, al parecer ellos nos encuentran primero. Así también, podría agregar: El destino final del universo se oculta en una fuente de agua entre un bosque de alerces y araucarias, pero el hombre taló el bosque y consumió el agua, entonces culpan a la globalización de todos los males de este mundo; me gustaría ser vendedor de mentiras, así no engañaría a nadie; prefiero los relojes detenidos, así demostramos más interés en el transcurso del tiempo; alguna vez encontré una gran idea, después me di cuenta que todos los seres humanos podemos soñar; en este tiempo que corre pareciera que todos conocen el destino apocalíptico del 2012 y hacen gala de múltiples argumentos menos Juanito, él desea conocer la Capital. De igual modo, me irrita quien quiere parecer docto y maestral, por eso frecuento a los hombres comunes que van corriendo tras el camión de la basura y corren pues así cumplen más temprano su faena y van a descansar a casa.
Creo recomendable, intentar cosechar con delicadeza y cuidado sutil, aquellas verdades dispersas por nuestro pequeño mundo, todas ellas poseen sentido y valor trascendente, no menospreciar a los otros, quizá por carencias de educación o cultura; mirando y escuchando con atención reconocemos hombres y mujeres que son depositarios de gran sabiduría.
De tal modo, continuaré exponiendo palabras y reflexiones que se descubren entre la gente de mi pueblo y que atesoran sapiencia y conocimiento; siempre estamos buscando algo y al parecer nunca le encontramos; el mejor recuerdo nunca se te olvida, del mayor olvido nunca te acuerdas; vivir es una experiencia total, cuando se pierde esa emoción, es que nos ha llegado la muerte; si descubres que tu padre se vanagloria de tus logros es que ya te estás poniendo viejo; si un niño reclama de frío debemos regalarle una manta y no decir, estamos trabajando en ello; la vida es muy simple, la convivencia en sociedad la hace compleja; ayudar es coger la carga del vecino y caminar con ella a cuestas; sentarse a escribir es por si un gran afán, concluir un libro es un acierto; los grandes poetas tienen sus versos escritos antes de nacer, viajan por el mundo descubriendo palabras que están tendidas al viento, las atrapan y las ordenan en series regulares, por ello deben practicar matemática avanzada. Después del último terremoto estamos esperando el próximo.
Amigos y amigas, de seguro más de alguien ya había escuchado algunas de las oraciones que les propongo, en la plaza, en el mercado o la feria, allí asecha la sabiduría original.
Me ocurre con frecuencia que al despertar mi primer pensamiento es mirar el reloj para asegurarme qué hora es, aunque lo más justo fuese: Ohhhh, estoy vivo de nuevo.
Marcelo Sepúlveda Oses
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