UNA OPINIÓN / LA RESPONSABILIDAD DE LOS COMUNICADORES SOCIALES
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 22 Noviembre 2009
La responsabilidad de los comunicadores sociales. La delicada misión de los comunicadores en cualquier parte del mundo, exige de ellos una serie de atributos personales y técnicos que, puestos al servicio de la sana convivencia y de la armonía social, contribuirán al crecimiento y desarrollo de cada persona dentro de cualquier sociedad.
En la inmensa mayoría de los comunicadores sociales se refleja una actitud de servicio y de contribución al desarrollo social. Ello se agradece, pues todos esperamos que los comunicadores aporten equilibrio, sabiduría, criterio, conocimiento, validación de la noticia y, por sobre todo, respeto por quienes leen, escuchan o ven la noticia desde el mismo lugar de los hechos.
Lamentablemente, en muchos canales de televisión, diarios, radios y otros medios de difusión, estos atributos deseables brillan por su ausencia en varios comunicadores. Consideramos que, para ejercer tan delicada misión, los comunicadores debieran ser poseedores de cualidades personales y profesionales dados por la experiencia de vida y por una adecuada capacitación en su área.
Pero, lo más importante en la difusión de una noticia o en la emisión de un comentario, deben ser la objetividad, la prudencia y el criterio, elementos claves para informar a la Comunidad y para guiarla en un clima de veracidad y de paz social. Lo contrario es carecer de la mínima responsabilidad.
Estar frente a un medio de comunicación social exige una doble cuota de responsabilidad, prudencia y criterio, en comparación con cualquier otro oficio o profesión. Quien difunde una información o noticia debe ser una persona equilibrada, muy bien documentada y con un alto espíritu de reflexión acerca de las consecuencias que la noticia puede tener en la Comunidad: ello es parte de la objetividad propia del comunicador social. La falta de prudencia puede llevar a catastróficas consecuencias.
Veamos un caso… Se cuenta que en la década de los años 30 (siglo XX), una importante cadena de radios en Estados Unidos tuvo la genial idea de hacer una broma informando que se había producido una invasión de marcianos. Naturalmente, para que la difusión tuviera efecto, el locutor realizó una espectacular dramatización, dando a conocer que poco menos estaba viendo a los marcianos bajar de sus naves, con el propósito de invadir la Tierra y eliminar a sus habitantes. Como consecuencia de esta “noticia”, la mayor parte de los norteamericanos reaccionó con pánico y terror, llegándose a situaciones extremas.
En el caso señalado demás está decir que a los difusores de la “información” les faltó objetividad, responsabilidad, prudencia y criterio. Ellos quisieron “probar” el efecto que semejante broma tendría en la ciudadanía, sin prever que la “noticia” provocaría nefastas reacciones en quienes la recepcionaron. Eso es lo que tenemos que evitar. Pedimos a los comunicadores sociales que sigan informando con objetividad, pero trabajando la información hasta que se ajuste a la realidad, yendo a las fuentes responsables de entregar los antecedentes que correspondan. Así, se continuará cultivando la paz social y no la discordia, informando para iluminar no para enturbiar, difundiendo para construir no para destruir.
La labor de un comunicador social es muy delicada y deben tenerse en cuenta las características antes señaladas, con el objeto de ayudar a que Chile siga creciendo sanamente.
Luis Espinoza Olivares.
En la inmensa mayoría de los comunicadores sociales se refleja una actitud de servicio y de contribución al desarrollo social. Ello se agradece, pues todos esperamos que los comunicadores aporten equilibrio, sabiduría, criterio, conocimiento, validación de la noticia y, por sobre todo, respeto por quienes leen, escuchan o ven la noticia desde el mismo lugar de los hechos.
Lamentablemente, en muchos canales de televisión, diarios, radios y otros medios de difusión, estos atributos deseables brillan por su ausencia en varios comunicadores. Consideramos que, para ejercer tan delicada misión, los comunicadores debieran ser poseedores de cualidades personales y profesionales dados por la experiencia de vida y por una adecuada capacitación en su área.
Pero, lo más importante en la difusión de una noticia o en la emisión de un comentario, deben ser la objetividad, la prudencia y el criterio, elementos claves para informar a la Comunidad y para guiarla en un clima de veracidad y de paz social. Lo contrario es carecer de la mínima responsabilidad.
Estar frente a un medio de comunicación social exige una doble cuota de responsabilidad, prudencia y criterio, en comparación con cualquier otro oficio o profesión. Quien difunde una información o noticia debe ser una persona equilibrada, muy bien documentada y con un alto espíritu de reflexión acerca de las consecuencias que la noticia puede tener en la Comunidad: ello es parte de la objetividad propia del comunicador social. La falta de prudencia puede llevar a catastróficas consecuencias.
Veamos un caso… Se cuenta que en la década de los años 30 (siglo XX), una importante cadena de radios en Estados Unidos tuvo la genial idea de hacer una broma informando que se había producido una invasión de marcianos. Naturalmente, para que la difusión tuviera efecto, el locutor realizó una espectacular dramatización, dando a conocer que poco menos estaba viendo a los marcianos bajar de sus naves, con el propósito de invadir la Tierra y eliminar a sus habitantes. Como consecuencia de esta “noticia”, la mayor parte de los norteamericanos reaccionó con pánico y terror, llegándose a situaciones extremas.
En el caso señalado demás está decir que a los difusores de la “información” les faltó objetividad, responsabilidad, prudencia y criterio. Ellos quisieron “probar” el efecto que semejante broma tendría en la ciudadanía, sin prever que la “noticia” provocaría nefastas reacciones en quienes la recepcionaron. Eso es lo que tenemos que evitar. Pedimos a los comunicadores sociales que sigan informando con objetividad, pero trabajando la información hasta que se ajuste a la realidad, yendo a las fuentes responsables de entregar los antecedentes que correspondan. Así, se continuará cultivando la paz social y no la discordia, informando para iluminar no para enturbiar, difundiendo para construir no para destruir.
La labor de un comunicador social es muy delicada y deben tenerse en cuenta las características antes señaladas, con el objeto de ayudar a que Chile siga creciendo sanamente.
Luis Espinoza Olivares.
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