El fin de año comprende un sinnúmero de compromisos, tareas y circunstancias diversas, entre ellas, para los jóvenes, rendir la PSU. Más aún, creo prioritario, preocuparse, también, sobre la permanencia de los estudiantes matriculados en las Universidades. A continuación, propongo mi modesto punto de vista y las razones que motivan una alta deserción estudiantil en la Educación Superior.
¿Por qué se producen tan elevadas tasas de deserción estudiantil en el primer año de estudio en carreras universitarias? Como antesala de este hecho concreto, debemos retrotraernos al ámbito de la evolución escolar en los doce años de preparación obligatoria a que se ven sometidos los escolares en Chile y subrayar una diferenciación sustantiva y de logro de resultados en torno a la calidad de la formación académica recibida y la equidad de oportunidades a que se ve enfrentado el alumno/a en un determinado proceso de enseñanza aprendizaje que depende del Centro de Educación en el cual desarrolle sus competencias, contenidos y la adquisición de conocimientos.
Los estudiantes en Chile no reciben una educación de igual calidad. Sus logros de objetivos, la evolución del proceso de formación y la adquisición de competencia varían, dependiendo de la dependencia en la cual se forman: Particular, Particular subvencionada o Municipal. Este hecho se puede demostrar atendiendo las evaluaciones validadas que evidencian este fenómeno. Léase evaluación Simce, prueba Pisa, PSU o cualquier otra de igual rango o medición. Por tanto, los alumnos que acceden a la Educación Superior no se encuentran en igualdad de condiciones para enfrentar un proceso de formación que requiere habilidades básicas mínimas para superar el primer nivel en el programa de estudio, que en rigor, debe atender a restituir saberes y nivelar competencias que debieron ser aprendidas en la Educación Básica y Educación Media regular. Bajo este prisma, es comprensible determinar un segundo elemento en cuestión que dice directa relación con el nivel socio-económico y cultural de los jóvenes estudiantes. A menor ingreso económicos del núcleo familiar, menor opción de acceso a la cultura y el conocimiento y por tanto, mayor probabilidad de deserción estudiantil en los primeros años de formación universitaria.
Si el análisis lo enfocamos desde el ángulo de los saberes mínimos obligatorios, constatamos que aquellos alumnos que desertan, demuestran carencias preocupantes a nivel de dominios fundamentales para resolver problemas en cualquier área del conocimiento estandarizada como competencia básica y sustento para la adquisición de nuevos saberes, hacemos referencia a: Hablar y escuchar, leer y escribir, como así también, el dominio de la operatoria básica matemática. Si un estudiante que acumula 12 años de escolaridad regular no cumple con estos dominios elementales, difícilmente podrá aprobar los primeros grados de educación superior. Si el alumno no alcanza a adquirir los dominios conceptuales mínimos, disminuyen sus opciones de permanecer en un sistema de Educación Superior que requiere la comparecencia de estas destrezas, habilidades, conocimientos y contenidos ya internalizados. Nuestra tarea crucial y fundamental, sobre todo en la educación municipalizada, es fortalecer y asegurar la calidad y equidad de la formación escolar para asegurar el éxito académico de nuestros estudiantes.
Marcelo Sepulveda Oses
Los estudiantes en Chile no reciben una educación de igual calidad. Sus logros de objetivos, la evolución del proceso de formación y la adquisición de competencia varían, dependiendo de la dependencia en la cual se forman: Particular, Particular subvencionada o Municipal. Este hecho se puede demostrar atendiendo las evaluaciones validadas que evidencian este fenómeno. Léase evaluación Simce, prueba Pisa, PSU o cualquier otra de igual rango o medición. Por tanto, los alumnos que acceden a la Educación Superior no se encuentran en igualdad de condiciones para enfrentar un proceso de formación que requiere habilidades básicas mínimas para superar el primer nivel en el programa de estudio, que en rigor, debe atender a restituir saberes y nivelar competencias que debieron ser aprendidas en la Educación Básica y Educación Media regular. Bajo este prisma, es comprensible determinar un segundo elemento en cuestión que dice directa relación con el nivel socio-económico y cultural de los jóvenes estudiantes. A menor ingreso económicos del núcleo familiar, menor opción de acceso a la cultura y el conocimiento y por tanto, mayor probabilidad de deserción estudiantil en los primeros años de formación universitaria.
Si el análisis lo enfocamos desde el ángulo de los saberes mínimos obligatorios, constatamos que aquellos alumnos que desertan, demuestran carencias preocupantes a nivel de dominios fundamentales para resolver problemas en cualquier área del conocimiento estandarizada como competencia básica y sustento para la adquisición de nuevos saberes, hacemos referencia a: Hablar y escuchar, leer y escribir, como así también, el dominio de la operatoria básica matemática. Si un estudiante que acumula 12 años de escolaridad regular no cumple con estos dominios elementales, difícilmente podrá aprobar los primeros grados de educación superior. Si el alumno no alcanza a adquirir los dominios conceptuales mínimos, disminuyen sus opciones de permanecer en un sistema de Educación Superior que requiere la comparecencia de estas destrezas, habilidades, conocimientos y contenidos ya internalizados. Nuestra tarea crucial y fundamental, sobre todo en la educación municipalizada, es fortalecer y asegurar la calidad y equidad de la formación escolar para asegurar el éxito académico de nuestros estudiantes.
Marcelo Sepulveda Oses
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