miércoles, mayo 25, 2011

SER TOLERANTE EN LA DIVERSIDAD

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 23 Mayo 2011
muevomono 
SOMOS TODOS DISTINTOS, ÚNICOS E IRREPETIBLES ES UNA PREMISA VALIDADA EN ESTE TIEMPO

Desde el momento de la concepción, el ser humano se distingue de los otros seres a propósito de su particular y personal desarrollo y evolución genética. Existen rasgos hereditarios y también aquellos que se adquieren a través del diálogo y las relaciones sociales, en la interacción con miembros de la misma especie y en el contacto directo con el medio ambiente circundante.

En el aquí y ahora de cada existencia humana, reunimos experiencias, adquirimos comportamientos, costumbres, idioma, hábitos, creencias, conductas; desarrollamos habilidades, aptitudes, actitudes, destrezas, talentos y muchas otras. Dependiendo de cada realidad individual, potenciaremos una personalidad auténtica y singular.

En relación a la modernidad, el fortalecimiento y crecimiento expansivo de las comunicaciones, el avance sostenido de la ciencia y la investigación (una nueva era de diálogo digital…); las personas asumimos diversas redes sociales de contacto, interpretamos hechos, acciones y circunstancias bajo el prisma de modelos de pensamiento abierto, autocrítico y de evaluación permanente de proceso.

Pero, según mi modesto entender, distamos de ser tolerantes, de entender y asumir la diversidad, valorar, apreciar, comprender y aceptar al semejante.

Ser tolerante significa respetar aquellos rasgos distintivos de cualquier ser humano: Creencia religiosa, pensamiento político, modos de habla en el lenguaje, tradiciones, cultura y tantas otras.

Además, si no reconocemos la diversidad múltiple de hombres y mujeres distintas, organizados bajo la consecución de sueños, proyectos, planes o quimeras que dan sentido a la vida, no podremos construir una mejor sociedad; allí, donde a cada quien se respete por su integridad, en su condición de especie y raza superior ante el resto de los seres vivos, vegetales o minerales.

Somos individuos capaces de proponer y resolver problemas, plantearnos hipótesis que suelen ser corroboradas por medio de la experimentación o refutadas en su falsedad. Individuos en tránsito, pasajeros en destino incierto asumiendo toda circunstancia.

Es perentorio evaluar nuestras acciones, ejercer autocrítica, aceptarnos inconclusos, en permanente proceso de aprendizaje descubriendo un destino impredecible para cada comunidad, añorando, quizá, tiempos mejores, de aquellos que sólo resguardamos un recuerdo mágico, difuso entre el tránsito regular del tic-tac, tic-tac en el reloj del universo.

Por tanto, ser tolerante ante la diversidad es un ejercicio santificador, una señal inequívoca de humanidad: Todo ser tiene derecho a pensar, actuar, proponer y elegir su propio destino, pues libres hemos sido creados desde siempre. Ojalá, todo signo de esclavitud contemporánea sea erradicada, ojalá esta sociedad nos obsequie la paz y el respeto por cada uno de sus miembros, el fin de la guerra, la violencia, el odio y la descalificación.

El hombre, ser racional por definición, capaz de amar u odiar al límite, crear, inventar, imaginar y concluir, no debe descalificar al otro sin argumento, ni discriminar por el color de piel, raza, idiosincrasia o cualquier otro rasgo distintivo. Todos tenemos derecho a la aceptación, al reconocimiento de nuestra individualidad.

paciencia Tolerancia, amigos, paciencia sublime a veces, metódica reflexión, estructural compromiso consigo mismo para alcanzar el fortalecimiento de los valores trascendentes que nos descubren como especie. Aceptemos la diversidad para alcanzar una mejor convivencia.

Marcelo Sepúlveda Oses

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