“Quizá ‘toy más malo pa’l humo que lloro con leña seca” recita el temucano en uno de sus temas clásico. Al igual que cualquier texto, entendido éste, como un discurso hablado, escrito o impreso que contenga significado y un significante válido para quien recibe o recepciona el mensaje, debemos comprender una interpretación de él, volver a armar el código intentando completar (en ocasiones, subjetivamente) la intención del autor del texto. La referencia a que me convoca este verso me remite a la permanente y constante evolución a la cual nos enfrentamos los seres humanos en esta nueva sociedad. Pero, también, a la mala memoria que guardamos sobre nuestro pasado. En oportunidades, renegamos de las raíces culturales, sociales, familiares, étnicas, entre muchas otras y nos olvidamos de necesidades, carencias, dificultades o problemas cuando, por la evolución natural e intrínseca del desarrollo de la sociedad a que nos vemos expuestos hoy en día, no miramos más allá de nuestros ojos, allí donde existen otros que me necesitan, que me esperan, que me reclaman…
“Volver a los 17” dijo Violeta Parra y a quién no le gustaría regresar en el tiempo? Reconstruir hechos y acontecimientos pasados en el afán de modificar o alterar la cronología de los sucesos? Sumarse a la posibilidad de no reiterar el mismo error. “Cualquier tiempo pasado fue mejor” señaló Jorge Manrique añorando tiempos remotos, asignando valor positivo al pretérito en la historia personal de un hombre o una mujer.
El gran Don Nicanor Parra escribió en 1954, a propósito de la profesión docente, el ser Profesor en Chile: “aquí me tienen hoy / detrás de este mesón inconfortable / embrutecido por el sonsonete / de las quinientas horas semanales.” Versos que adquieren hoy un valor y trascendencia vital, en parte, afincado en el desprestigio, descrédito y mal trato a quienes elegimos por vocación esta tarea y obligación pedagógica….
Pablo Neruda, habitante de Parral y poeta del mundo, cantó: Piedra en la piedra, el hombre, ¿dónde estuvo? / Aire en el aire, el hombre ¿dónde estuvo? / Tiempo en el tiempo, el hombre ¿dónde estuvo? En este presente relativo, pues a cada segundo vamos acumulando pasado, podemos volver a preguntarnos. ¿El hombre dónde estuvo? pues en cada rincón de Chile, escondida, habita la pobreza, los niños continúan abandonados y huérfanos, los adultos mayores sufren del abandono y la soledad…
En este mundo globalizado, vertiginoso y en casi descontrol, la historia recuerda hechos, intenta interpretar los acontecimientos, resguardar y proteger la memoria personal o colectiva de los pueblos, pero no es suficiente; los poetas debemos volver a preguntar ¿Hombres y mujeres, niños y ancianos dónde están? / Por qué la miseria cobarde no tiene nombre / por qué los nombres son número en las encuestas asistenciales..? Es probable que muchos deseen plantear respuesta a ésta y tantas interrogantes, justificar lo injustificable, aunque la realidad, tan cruel y despiadada se recuesta a la berma de las tremendas carreteras y autopistas…
Y para concluir: “Caminante no hay camino se hace camino al andar” Siempre es posible soñar un mundo mejor, pero cada quién debe donar lo suyo y escuchar en su interior la voz del que sufre, del desvalido, aquel a quien se le acaban las fuerzas para continuar caminando.
Como he dicho, anteriormente, este planeta continúa siendo un lugar habitable dispuesto a guarecernos después de la tormenta y el recio aguacero; quizá, brillarán días soleados, cálido amanecer, quieto otoño. Este es el tiempo nuestro y la época crucial: “y entonces siento que soy feliz, pues todas las estrellas ríen dulcemente.” El Principito de Antoine De Saint- Exupéry.
Marcelo Sepúlveda Oses
No hay comentarios.:
Publicar un comentario