CUIDEMOS EL AGUA
(enviado por nuestro corresponsal Marcelo Sepulveda Oses el 26 de febrero de 2008)
Cada cierto tiempo, la naturaleza nos recuerda que como seres humanos no podemos controlar determinados fenómenos o eventos particulares. Que existe en el universo, la galaxia y nuestro exclusivo planeta, un orden y equilibrio delicado. Por tanto, cualquier desorden provocado o espontáneo afecta nuestro diario vivir.
Hoy, me refiero a la sequía evidente y manifiesta en nuestro país. A medida que avanza la temporada estival, las autoridades han ido dando señales concretas de la problemática que nos afecta. Las Comuna de Retiro y Parral no se encuentra exenta de esta grave situación. La falta de agua golpea, principalmente, a la producción agrícola, pues el reino vegetal depende, de manera imperiosa, de riego constante. Así también, el reino animal que no puede sobrevivir sin agua.
Ecologistas, ambientalistas, religiosos, entre muchos otros, desde mediados del siglo XX, han puesto en el estrado de la discusión y la acción concreta, los graves problemas que afectan a la tierra en el orden de la contaminación global, efecto invernadero, deterioro de la capa de ozono y la disminución considerable y consistente del recurso hídrico, además de la extinción de especies animales debido a la caza indiscriminada y muchos otros eventos en los que nos corresponde, como especie humana, una participación directa y responsable.
Los escritores e intelectuales debemos asumir como tarea consciente y fundamental: identificar, reconocer y proponer los problemas transversales de la sociedad en la que nos corresponde vivir. Es por tal motivo, que he propuesto como tema central de mi trabajo académico: la tierra, el aire, el fuego (concentrado en el Padre Astro Sol), el sistema ( Red Global de Comunicaciones Humanas) y el agua; todos ellos dependientes de la acción humana. Acción humana, que en ocasiones, se transforma en depredación y deterioro. Hoy en día, el agua es motivo de preocupación política, económica y de Estado. Chile, como pocos países en el mundo, dispone de una tremenda reserva de agua, lo que, indiscutiblemente, provoca un justo raciocinio: ¿Por qué, cada cierto tiempo, nos vemos enfrentados a eventos de sequía tan grave y perjudicial como la situación vigentes en estos días? Cuestionamiento al que lamentablemente no puedo responder, sólo apelar a la buena voluntad de los amables lectores: Cuidemos el agua, optimicemos su uso, propongamos estrategias de solución, invirtamos para que todos sin exclusión dispongan de la transparencia cristalina, de la maravilla inigualable de un fresco vaso de agua.
Marcelo Sepulveda Osses
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